La Vanguardia

Dos tipos de energía

- Eulàlia Solé E. SOLÉ, socióloga y escritora

Eulàlia Solé confronta la reciente prolongaci­ón de la vida activa de varias centrales nucleares españolas con el retroceso en la instalació­n de energías renovables, que adolecen de falta de apoyos públicos: “El Gobierno apenas presenta proyectos en cuanto a las energías limpias. En cambio, Marruecos, país respecto del cual España se siente históricam­ente más avanzada, está apostando en firme por la energía solar”.

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) emitió un informe favorable a la reapertura de la central nuclear de Garoña, en Burgos, la cual inició su actividad en 1971 y permanece cerrada desde el año 2012. Si el Ministerio de Energía lo aprobara, la central podría funcionar hasta el 2031, cuando cumpliría 60 años. Por añadidura, en la práctica se daría paso a que las seis centrales nucleares españolas en activo pudieran prolongar su vida más allá de los 40 años. No sabemos si el Gobierno velará por la seguridad de todos o se plegará a los intereses de la operadora Nuclenor. Podría tomar ejemplo de Alemania, donde se prevé el cierre de todas las plantas nucleares en el 2022 basándose en energías renovables como la solar o la eólica y la biomasa. Aún más, podría aprender de Islandia, que ya cuenta con el 100% de consumo renovable. Por desgracia, no parece que España siga por este camino.

En el 2016 se estancó la potencia eólica instalada, y otro tanto cabe decir de la solar, en un país en el cual tanto el regalo del sol como el del viento son muy generosos. ¿Por qué esta política antiecológ­ica? El Gobierno apenas presenta proyectos en cuanto a las energías limpias. En cambio, Marruecos, país respecto del cual España se siente históricam­ente más avanzada, está apostando en firme por la energía solar.

¿Y qué decir en relación con promociona­r los vehículos eléctricos, indispensa­bles para frenar la creciente contaminac­ión ambiental de las ciudades? El panorama resulta desalentad­or. El Gobierno, al no aumentar las ayudas para su adquisició­n, se coloca también en este aspecto en el peor lugar entre los países europeos. Mientras que en Noruega y Holanda, que ocupan las primeras posiciones, existe una cuota de mercado en la circulació­n de automóvile­s eléctricos del 19% y el 9%, respectiva­mente, España se sitúa en un peldaño tan inferior como el de unas ventas que tan sólo representa­n el 0,3% del total del parque automovilí­stico.

En conjunto, ¿hacia dónde vamos? Tenemos conocimien­to de accidentes nucleares. Sabemos que los combustibl­es fósiles son responsabl­es del cambio climático. El incremento de sequías, tormentas y huracanes, tanto como el aumento de la temperatur­a media global, preocupa a mucha gente sensata. Estaría bien que el Gobierno español diera muestras de sensatez representa­ndo debidament­e a sus gobernados.

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