Salut acuerda cerrar este año la compra del hospital General de Catalunya
El centro empezaría su transición a público con servicios sociosanitarios
El hospital General de Catalunya, en su día emblema de la iniciativa de la sociedad civil y hoy uno de los hospitales del grupo Quirón, ahora propiedad de la alemana Fresenius, pasará a manos de la Generalitat este año. Si se llega a un acuerdo, lo que parece algo posible y más próximo tras la publicación a primera hora de ayer de un escueto comunicado conjunto en el que se reconocía que estaban negociando. Ambas partes habían decidido “avanzar en las conversaciones con el objetivo de estudiar, con la máxima sensibilidad, y alcanzar un posible acuerdo durante este año 2017”.
Hasta ahora, la propiedad del hospital lo había negado y sus trabajadores se manifestaron en diversas ocasiones bajo las pancartas de “el hospital no está en venta”. Este comunicado conjunto es un cambio de posición del grupo Quirón y sus nuevos socios mayoritarios que el departament de Salut dio a conocer justo antes de que comenzara una sesión sobre las listas de espera en la comisión de salud del Parlament .
Hace cinco meses que el conseller Antoni Comín anunció en un programa de radio que su intención era comprar el hospital general por 50 millones. El objetivo, aprovechar esas infraestructuras para dotar a las poblaciones de esa zona de unos equipamientos muy necesarios y que no podía construir.
El anuncio provocó un amplio malestar profesional y empresarial que se sumaba al generado meses antes por otro anuncio, que en diciembre ya no se atendegura ría a pacientes públicos en este hospital, sobre todo los de hemodinámica y gran parte de los de radioterapia. Era parte del compromiso de desprivatización de la sanidad pública de este gobierno que empezó con la clínica del Vallès, también del mismo grupo, que quedó fuera del sistema público en verano, y que debería culminar con la desconexión del Sagrat Cor, que va para largo.
Las aguas parecen más calmadas entre dirigentes políticos y empresariales, pero en la plantilla del hospital (1.200 trabajadores) sigue la inquietud por su futuro. “Ya lo dijimos, la plantilla no tiene nada que temer. Los asumiremos a todos, los que quieran”, recuerdan portavoces de Salut.
Pero la inquietud sigue, para empezar, porque el proyecto que ahora abandera Antoni Comín, aunque se gestó en otras etapas, transformaría este hospital general, con algunas especialidades de máximo nivel, en un hospital básico y una gran parte dedicada a servicios de convalecencia y sociosanitarios, que es lo que más falta hace en la zona.
A pesar del anuncio de suprimir los pacientes públicos de hemodinámica y radioterapia, “de momento, siguen: hemodinámica, igual y radioterapia, con una reducción de quizá un 15%”, ase- la representante de CC.OO. en el comité de empresa Isabel Zapata. “En todo caso, la reducción de pacientes públicos no ha sido tanta como para afectar a la plantilla”. Pero el comité ha pedido a la dirección que les expliquen los detalles de esa nueva ronda de conversaciones.
Desde el Ayuntamiento de Sant Cugat, su alcaldesa Mercè Conesa se felicita porque su ciudad, con 90.000 habitantes, pueda por fin tener hospital, aunque pierda un centro privado. “Nosotros defendimos el modelo mixto en el que pudieran convivir servicios públicos y privados, pero ahora sólo pedimos que las conversaciones lleguen a buen puerto. Como no tenemos detalles, es difícil ir más allá de considerarlo una buena noticia. Sí reivindicamos que el nuevo hospital cuente con un servicio de pediatría, una de las principales necesidades de la ciudad. Y recordamos al departament de Salut las malas condiciones en que se encuentra el centro de primaria que atiende las urgencias”.
Esa convivencia privada/pública quizá acabe siendo una realidad. Transitoria. Ahora, según apuntó el conseller Comín al salir de su control parlamentario en torno a las listas de espera, están en fase de realizar el análisis técnico de las instalaciones. Una evaluación del edificio y su estado para afinar la oferta que se cifró en un primer momento en 50 o 55 millones.
La necesidad más urgente en el área del Vallès es de camas para pacientes convalecientes y necesidades sociosanitarias: hay muchos enfermos mayores con varios problemas solapados que, cuando reciben atención en los hospitales de agudos de Parc Taulí o Terrassa, necesitan pasar un tiempo bajo supervisión médica y cuidados de enfermería, pero no precisan grandes recursos técnicos. Parece lógico que la transición no se haga de golpe, que empezara por ahí y, en varias etapas, se fuera trasladando la actividad que hoy proporciona el hospital a su clientela privada a otros hospitales de la compañía. El grupo Quirón es propietario entre otros del hospital Quirón, la Teknon, Dexeus y el Pilar.
La conselleria realiza actualmente el análisis técnico de las instalaciones para afinar su oferta Pese a los avisos de desprivatización, el Catsalut sigue derivando pacientes a Sant Cugat