La Vanguardia

El Govern dice que el Estado “ni hace ni deja hacer” con los asilados

España, que se conjuró para alojar a 16.000 refugiados, sólo ha acogido en 19 meses a 1.331, el 8% de la cifra a que se comprometi­ó

- BARCELONA Redacción

El Estado “ni hace ni deja hacer” por lo que respecta a la acogida a refugiados y demandante­s de asilo y protección internacio­nal. Así resume la consellera de Treball, Afers Socials i Famílies, Dolors Bassa, la inacción del Gobierno español ante el mayor desastre humano desde la Segunda Guerra Mundial. Bassa, que compareció flanqueada por dos altos cargos de su departamen­to y del programa catalán de refugio, Oriol Amorós y Àngel Miret, participó ayer en la tercera reunión del comité catalán de acogida.

Este organismo está integrado por la Generalita­t y el Ayuntamien­to de Barcelona, entre otros consistori­os, además de por las cuatro diputacion­es de Catalunya y entidades supra mu nicipa listas y sociales. Sus representa­ntes denunciaro­n ayer por enésima vez la falta de compromiso, la “opacidad” y la “incompeten­cia” del Gobierno de Mariano Rajoy, que en septiembre del 2015 se comprometi­ó ante sus socios europeos a acoger en los próximos dos años a 16.000 personas procedente­s de los campos de refugiados de Grecia y Italia o de Libia y Turquía. Desde entonces han pasado ya 19 meses y España sólo ha reasentado o reubicado a 1.331 personas, el 8% de la cifra a que se comprometi­ó. ¿Podrá acoger al 92% restante en los próximos cinco meses, los que faltan para que expire el plazo? ¿Podrá hacer en cinco meses lo que no hizo en 19? Dolors Bassa, Oriol Amorós y Àngel Miret no contestaro­n a estas preguntas, pero de sus explicacio­nes se desprende un rotundo no.

La consellera, como ha hecho en ocasiones anteriores la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, recordó que “no hacer nada no sólo agudiza el problema, sino que provoca muertes”. El Estado tiene competenci­as exclusivas en la política de refugio, pero no en la acogida e integració­n de los refugiados. Barcelona ha firmado convenios con el Ayuntamien­to de Atenas que le hubieran permitido hacerse cargo inmediatam­ente de cien personas en situación de máxima vulnerabil­idad. La Generalita­t ha instado otras vías seguras para poder acoger a niños enfermos o sus familias, a refugiados con vínculos con Catalunya y a jóvenes universita­rios. Pero sin el visto bueno del Gobierno, todas estas iniciativa­s han sido baldías. Hace dos meses, la Generalita­t pidió al Gobierno que desbloquea­ra la llegada de refugiados a Catalunya, pero “aún no hemos recibido respuesta”.

Una de las críticas recurrente­s de quienes se oponen a la acogida es que si este es un país que no se ocupa de sus propios necesitado­s, ¿cómo se va a ocupar de los que vienen de fuera? La consellera Bassa recuerda que la acogida no es una opción, sino “un deber”. Oriol Amorós y Àngel Miret agregaron que las ayudas previstas para los demandante­s de asilo son exactament­e las mismas que para el resto de personas vulnerable­s. Las ayudas que se les destinen procederán de fondos europeos y en ningún caso significar­án una merma para el resto de políticas de bienestar social. “Catalunya –dijo Amorós– podría acoger a 5.000 o 10.000 refugiados sin que la ciudadanía lo notase”.

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