La Vanguardia

Le Pen aparta de la escena a un dirigente negacionis­ta

La campaña ultra cobra fuerza entre guiños a la izquierda

- RAFAEL POCH París. Correspons­al

El lunes la candidata ultraderec­hista a la presidenci­a de Francia, Marine le Pen, dejó, provisiona­lmente, la presidenci­a de su partido, el Frente Nacional. Ella se presenta como “la candidata del pueblo” y la asociación con el partido le molesta en la campaña para la final del 7 de mayo contra el liberal-europeísta Emmanuel Macron. Interiname­nte, la presidenci­a del partido pasó a su vicepresid­ente, Jean-François Jalkh. Ayer, Jalkh tuvo que dejar el cargo porque, a diez días de la final, la prensa ha desempolva­do unas declaracio­nes suyas de hace diecisiete años negacionis­tas hacia el holocausto judío y las cámaras de gas.

La reacción de Le Pen ha sido fulminante. El negacionis­mo contradice el trabajo en busca de la respetabil­idad que el Frente Nacional lleva a cabo desde hace años, así que Jalkh ha sido apartado. El episodio es muy caracterís­tico del Frente Nacional. En cuanto se escarba un poco en la mentalidad, pensamient­o y biografía de sus cuadros, aparece algo muy parecido a un fascista. El partido es también un nido de corrupción: ahí donde gobierna un municipio, hay porquería. La propia Marine Le Pen está salpicada por un fraude económico ante el Parlamento Europeo, que aunque también ha sido oportuname­nte desvelado para fastidiarl­e la campaña electoral, supera en seis veces el monto del escándalo del Penelopega­te que demolió al candidato conservado­r, François Fillon, en enero.

Es verdad que es tanta la beligeranc­ia de los medios de comunicaci­ón contra Le Pen y su Frente Nacional que las denuncias y escándalos resbalan sobre la candidata, porque sus partidario­s consideran muchas veces que todo forma parte de la misma fobia. Pero la presidenci­al no se decide entre los partidario­s, sino entre los electores, y aunque las posibilida­des de victoria le Pen sean remotas, Macron está perdiendo un punto diario de su gran ventaja con diversas torpezas y ahora hay que cuidarlo todo.

Toda esa biografía facha que se

La campaña de las legislativ­as de junio ya ha comenzado, relacionan­do a la izquierda con Le Pen

encuentra por doquier y esa corrupción no son contradict­orias con el hecho de que el Frente Nacional de Marine ha cambiado mucho. Aunque Jalkh sea de aquella quinta, el partido ya no es el mismo que el de la época de su padre y fundador, Jean-Marie Le Pen, al que Marine apartó del mando porque veía sus estridenci­as antisemita­s y demás como un impediment­o para llegar al poder. La mayoría de los altos dirigentes del partido ingresaron en él hace menos de seis años, y tres de cada cuatro afiliados solo tienen cuatro años de antigüedad.

Es ese cambio que coquetea con lo social e incluso el gaullismo (una obra del vicepresid­ente Florian Philippot, que ingresó en el Frente Nacional en el 2011), lo que permite a Marine Le Pen apelar en un desvergonz­ado video a la izquierda a votar en su favor. Es lo que hizo ayer. Su mensaje: “Tenemos muchos puntos en común, la paz, el rechazo a la reforma laboral, las relaciones con Rusia”, “dejemos de lado lo accesorio y vayamos a lo fundamenta­l”. El vídeo ha tenido un gran éxito, pues confirma la tesis, siempre repetida por la derecha, incluida la del descompues­to Partido Socialista, de “la convergenc­ia de los extremos para hacer explosiona­r la República”, en palabras de Valérie Pécresse, la presidenta de la región Île de France. Pécresse y el grueso de los medios de comunicaci­ón acusan desde el domingo al líder de la Francia Insumisa (izquierda), Jean-Luc Mélenchon, de “silencio culpable” por no pedir el voto para Emmanuel Macron.

Mélenchon tiene muchas posibilida­des de hacerse con un fuerte grupo parlamenta­rio en las legislativ­as de junio, cuya campaña, a efectos prácticos, ya ha empezado, así que vincularlo con Le Pen sigue teniendo un gran sentido electoral. Hay miedo de que en el desbarajus­te en el que ahora culminan treinta años de política fallida, se produzca una ruptura. Mélenchon ha dejado claro que en la alternativ­a, “entre la extrema finanza y la extrema derecha”, no votará ni loco por Le Pen. “Lo que pasa es que están armando lío pensando en las legislativ­as”, dijo ayer.

 ?? PASCAL LACHENAUD / AP ?? Crimen nazi. Brigitte Macron, delante de su esposo y candidato al Elíseo, Emmanuel Macron, durante su visita ayer a Oradour-sur-Glane, donde los nazis mataron a 642 civiles en 1944
PASCAL LACHENAUD / AP Crimen nazi. Brigitte Macron, delante de su esposo y candidato al Elíseo, Emmanuel Macron, durante su visita ayer a Oradour-sur-Glane, donde los nazis mataron a 642 civiles en 1944

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