Las emociones finales de Neymar
El delantero brasileño regresa en su tramo favorito
Hasta hace un mes, Neymar era el jugador más en forma del Barcelona. Cada vez que el balón llegaba a sus pies era el preludio de algo brillante: un regate, una asistencia, un gol, una jugada en la que dejaba atrás a media defensa o provocaba una falta al borde del área o dentro. El zenit fue la remontada al PSG en la que levantó la eliminatoria con dos goles y una asistencia en siete minutos. En la cresta de la ola, celebró su diana 100 como blaugrana en Granada. Sólo le faltaba caminar sobre las aguas.
Pero entonces todo se frenó. Se autoexpulsó en Málaga –ha visto 15 amarillas y esa roja– y le cayeron tres partidos por aplaudir. En la Champions, pese a los 500 goles de la era Luis Enrique, el tridente no vio puerta ante el Juventus de Buffon y Ney acabó llorando. El TAD no se reunió para darle la cautelar para el clásico y el club le bajó del avión cuando todo estaba previsto para que viajase al Bernabeu. Y ahora Bartomeu tendrá que declarar por su fichaje en la Audiencia Nacional. Pero ante esa marejada el brasileño reaparece a falta de cuatro jornadas y la final ante el Alavés, el tramo que más le motiva. Neymar es hombre de terminaciones y de finales, como este derbi. Ocho veces se ha enfrentado al Espanyol y aún no ha perdido –un empate–, le ha marcado tres goles, uno de ellos en Cornellà, donde en 2014 forzó un penalti que valió el triunfo. “Es un especialista en aguantar este tipo de situaciones. No hay ningún jugador que reciba más faltas (112), y además faltas interesantes. Muy pocas veces lo han expulsado. Creo que
LA HORA DEL DESEQUILIBRIO
De sus 15 goles, sólo uno abrió el marcador mientras que ocho llegaron a partir del minuto 80
controla bien ese tipo de emociones”, apunta Luis Enrique.
Desde que Neymar llegó al Barça, a partir del 20 de abril se desata. El año del triplete encadenó siete partidos marcando y vio puerta en las finales de Copa en el Camp Nou y la de Berlín. En el 2016 se despidió con 4 goles en el último mes, incluyendo uno al Sevilla en la final del Calderón. Algo parecido le ocurre en los últimos minutos de los partidos, donde saca rédito de su desequilibrio. De los 15 tantos que ha celebrado –lejos de los 39 de la 2014-15–, sólo uno ha servido para abrir el marcador (penalti en Anoeta) mientras que más de la mitad (8) llegan a partir del minuto 80. Entre Juegos Olímpicos (2012 y 2016), Copas Américas (2011 y 2015), Mundial (2014) y Confederaciones (2013), este será el primer verano libre de Neymar. Pero antes quiere acabar como él sabe.