Como niñas
Al Zahid es muy consciente de que la prohibición de conducir a las saudíes –entre otras– coloca a su país entre los más retrógrados, pero se esfuerza en mostrarse esperanzada en una progresiva apertura del régimen wahabí, que necesita incorporar a las mujeres a su economía para superar su dependencia del petróleo. Y hace un cálculo: “Las saudíes estamos como las españolas hace veinte años” . Yerra, pero no tanto. Hasta 1975 a las españolas se les exigía permiso del marido para obtener el carnet de conducir; el pasaporte; abrir cuenta en un banco; recibir una herencia; ser tutoras o albaceas; o funcionarias; cobrar un sueldo; o vender o hipotecar sus bienes... Es decir, la ley no las consideraba mayores de edad.