rogeli herrero

Cuando toca a ritmo de ventilador, todo parece florecer en esta Catalunya oficial

comenzaron a cantar Amigos para siempre hasta la novelista Donna Leon, que a mí, francamente, incluso de día me da un poco de miedo, movía con cierta discreción su pie derecho.

Mi manolo favorito es Rogeli Herrero, que es quien mejor maneja el inglés de Gràcia, de la calle de la Cera o de Hostafrancs, ese que a Shakespeare le hubiese gustado hablar. Cuando Rogeli, patillas atrevidas, gorra casi inglesa, camisa caribeña, chaqueta amarilla y guitarra, la emprende con la rumba catalana, tocada a ritmo de ventilador, eso tan gitano y catalán, todo parece florecer en esta Catalunya oficial y mustia de ahora mismo en la en el barrio sevillano de Triana el preflamenco se hace visible, pero llega procedente de Catalunya y Valencia. Por eso guitarristas, cantaores y bailaoras tenían apellido catalán.

Cuando se nos murió Jaume Josa, que alternaba la biología con los toros y los boleros, me encontré en la basílica de la Concepció con Rogeli Herrero. Y como Josa había dado su cuerpo a la ciencia y su cadáver no estuvo presente en su funeral, Rogeli me dijo: “Una más de nuestro querido Jaume. Nos obliga a venir a misa y él no se presenta”.

La solución no son más firmas sino la rumba catalana de Los Manolos y la guitarra con patillas de Rogeli.