El PNV anuncia un pacto que le da “paz fiscal” para 15 años
Los nacionalistas vascos se cobran un alto precio por sus votos al presupuesto “Es una gran noticia económica para Euskadi”, anuncia el partido
El Gobierno vasco y el central están a punto de finiquitar el conflicto sobre el cupo. Condición indispensable para el PNV en las negociaciones presupuestarias, los votos de sus cinco parlamentarios en el Congreso –Mariano Rajoy necesita su apoyo para aprobar las cuentas del Estado– van a tener contrapartidas claras. El acuerdo va a suponer la liquidación del cupo correspondiente a los últimos diez años y el cálculo de la base que funcionará a partir de este año y marcará los próximos cinco.
“Puede suponer la paz fiscal para quince años –explicó ayer el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka–. Tras diez de negociaciones fracasadas, el acercamiento obligado entre partes a raíz de los presupuestos va a derivar en un acuerdo que, según el PNV, será una “gran noticia económica para Euskadi”. Además de la liquidación pendiente, establecer el cupo para este año servirá para actualizar la ley Quinquenal que delimitará el pago hasta el año 2021.
El Gobierno vasco considera que, desde el 2011, ha pagado 1.600 millones de euros de más y que el cupo debería rondar los 800 millones, cifra alejada de los 1.202 millones que contemplan los actuales presupuestos.
Por otro lado, el portavoz vasco explicó que, de cerrarse un pacto que en el seno del PNV se da por hecho, este será ratificado este mismo mes en la Comisión Mixta del Concierto Económico, un órgano bilateral en el que están representadas la administración central y vasca y las haciendas forales.
A pesar de que desde el Gobierno vasco se trata de desligar el tema del cupo del apoyo a los Presupuestos de Rajoy, en Sabin Etxea este asunto se consideraba vital. De todas formas, aun cristalizando el acuerdo sobre la norma fiscal, los jeltzales pueden esperar a mañana para cerrar el pacto presupuestario de cara a la votación que se celebra este mismo jueves en el Congreso.
Conscientes de la “oportunidad histórica” que supone su privilegiada posición negociadora en Madrid, el PNV podría exprimir su apoyo hasta el último momento. Por un lado, para conseguir el mayor número de contraprestaciones posibles en un escenario de poder sin los partidos catalanes que podría no volver a producirse y, por otro, para transmitir la imagen de duro negociador hasta el final del plazo.
La formación vasca es consciente del riesgo electoral que en Euskadi puede conllevar apoyar unas cuentas del PP salpicado por la corrupción y que, a su vez, es el partido peor valorado por la sociedad vasca. En Euskadi, EH Bildu y Podemos han iniciado una campaña de desgaste criticando su posible apoyo al PP y acusándolo de “blanquear” la corrupción y de apoyar a la patronal frente al trabajador. Los principales sindicatos vascos, ELA y LAB, enviaron mensajes similares durante el transcurso de las manifestaciones del Primero de Mayo. En medio de estos ataques, desde el PNV son sabedores de que una foto junto al PP puede pasar factura política, por lo que deben presentar el acuerdo como una gran victoria para Euskadi.
Al margen de la negociación en marcha, el acercamiento entre Gobierno vasco y central tras años de desconexión total ya ha tenido consecuencias en Euskadi, como el desbloqueo de las oposiciones de la Ertzaintza o la agilización de las obras de la alta velocidad. También la aprobación de las cuentas del Gobierno de Vitoria, que se produjeron gracias a la abstención del PP vasco. Su presidente, Alfonso Alonso, recordó ayer a los jeltzales este apoyo popular y mostró su “confianza” en que el PNV contribuya mañana con sus votos en el Congreso a la primera aprobación de los presupuestos.
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