El azote de Trump desde la televisión
ESTE CÓMICO LIDERA CADA DOMINGO UNO DE LOS PROGRAMAS DE TELE MÁS ÁCIDOS Y CON RÉCORDS DE AUDIENCIA CONTRA LA POLÍTICA DEL PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS, DONALD TRUMP
Oliver tiene un equipo de periodistas de investigación para desmontar mentiras y exponer escándalos
Trump dice que no sabe quién es este presentador, pero se contradice al calificarlo de aburrido
“Trump domina la actualidad como un pedo domina el interior de un coche. No hay escapatoria”. Con esta frase, el cómico John Oliver iniciaba la nueva temporada de su programa Last week tonight, del canal HBO, que desde la aparición de Trump en política bate récords de audiencia.
Oliver es inglés, pero se ha convertido en uno de los analistas más agudos de la política estadounidense. En febrero del 2016 ya avisó de la posibilidad de que Trump se convirtiera en el nuevo presidente del país. Comparó al entonces candidato con “un lunar en la espalda al que hace un año no hacíamos demasiado caso pero que ha crecido espantosamente. No conviene ignorarlo más”. Alguien “que puede parecer atractivo hasta que uno lo mira detenidamente y resulta ser como el bufé de un club de striptease o como tener un chimpancé como mascota: parece divertido, pero un día te arrancará las extremidades”. En aquel programa, que tuvo 85 millones de visitas en un mes, también advirtió que a Trump: “La verdad le importa un pimiento”.
Un año después, Trump se ha convertido en el hombre más poderoso del mundo y la carrera de Oliver se ha propulsado, en parte gracias al tam-tam de internet. El presidente sigue siendo su principal fuente de inspiración: “Desde que accedió al cargo, hace ya unos 412 años, ha dejado claro que la realidad no le importa”, reiteró el cómico poco después de la investidura. Como muestra, las imágenes fade un exultante Trump en rueda de prensa, afirmando que durante la ceremonia no llovió: “Porque Dios miró hacia abajo y dijo: ‘No permitiré que llueva durante tu discurso’”. “Dios NO lo hizo”, recalcó Oliver, dirigiéndose a Trump: “Primero, porque durante tu discurso, llovió y por eso tu mujer sostenía un paraguas mientras te escuchaba”. Oliver acompañó esta afirmación con una imagen de Melania Trump bajo un enorme paraguas transparente. “Tenemos un presidente capaz de estar bajo la lluvia y decir que luce el sol”, concluyó.
Esta es la fórmula del programa, que se emite los domingos y cuyo lema es defender la verdad: “La prensa es un elemento clave y hoy está siendo atacada”, alerta. A lo largo de media hora, Oliver analiza las noticias de la semana, ilustrándolas con clips e imágenes extraídos de los noticieros y las redes sociales. Él y su equipo de periodistas de investigación se han especializado en utilizar el humor y la hemeroteca para desmontar mentiras y exponer otros escándalos, dentro y fuera de Estados Unidos, como la corrupción de la FIFA. Con millones de seguidores en las redes, su activismo ha sido bautizado como efecto Oliver. En el 2015 la revista Time lo incluyó en la lista de las personas más influyentes. La web The Guardian cuenta con un espacio dedicado a él.
Oliver nació el 23 de abril de 1977 en Erdington, un suburbio de Birmingham. Su padre era director de escuela y trabajador social y su madre, profesora de música. De las Midlands inglesas la familia se mudó a Bedford, al norte de Londres. Allí fue un estudiante brillante de la escuela pública, de donde pasó a Cambridge. Como los Monty Python (una de sus referencias), en esta universidad fue miembro del club de teatro Footlights. Tras graduarse en lengua inglesa en 1998, empezó como monologuista. En el 2002 debutó en el Festival de Edimburgo y como guionista para la BBC. En el 2006 fue fichado como reportero para The daily show: un popular programa satírico de la televisión americana. En el 2014, ya con varios premios Emmy, lanzó Last week tonight.
Sigue centrado en denunciar los excesos de Trump y su entorno. También cuestiona el papel supuestamente moderado de su hija Ivanka y su yerno, Jared (“Si ellos son la razón por la que podéis dormir por la noche, deberíais quedaros despiertos”). De Ivanka destaca su aplomo, heredado vía paterna, para no decir la verdad. De Jared, al que compara con “un maniquí”, destaca su ubicuidad: “O lo invitan a todas las reuniones importantes o murió en la Casa Blanca a finales del siglo XIX y la ronda desde entonces”. Reconoce que Kushner no es Steve Bannon, el estratega jefe de Trump, pero señala que no es difícil ser mejor que “un hombre descrito como la conjugación de los pensamientos más negros de la humanidad”. Del artífice de todo esto, el presidente, añade que “es incapaz hasta de ejercer bien el nepotismo”. Trump por su parte, afirma que no tiene “ni idea” de quién es Oliver, pero en una nueva contradicción, no duda en calificarlo de “aburrido”.