La Vanguardia

Valls se une a Macron y acelera el hundimient­o del Partido Socialista

El ex primer ministro socialista aspira a ser candidato a diputado de En Marcha por Évry

- RAFAEL POCH París. Correspons­al

El proceso de descomposi­ción del Partido Socialista francés (PS), tocado de muerte desde las primarias, se aceleró ayer con la simbólica marcha de Manuel Valls, el barcelonés que fue primer ministro del gabinete de François Hollande. Valls pretende presentars­e como candidato a diputado en las elecciones por Évry, localidad de la que fue alcalde, pero esta vez no por las filas socialista­s, sino por el movimiento La República en Marcha, el instrument­o electoral del nuevo presidente Emmanuel Macron. En esta formación no le han cerrado las puertas, pero de momento lo han recibido con cierta frialdad.

Hay que hacer memoria: en el 2012, hace cinco años, el Partido Socialista tenía en sus manos todo el poder en Francia. Desde el Elíseo hasta el Senado, pasando por la Asamblea Nacional y la mayoría de las regiones y grandes ciudades. Cinco años después no queda nada. Un funeral. Algunas plañideras y un buen puñado de pillos en busca de nuevo empleo.

El PS no era –hay que empezar a hablar en pasado– un partido de conviccion­es y militantes, sino un aparato de cuadros. La mayoría de los delegados a su último congreso eran o funcionari­os o cargos electos. El espacio de las ideas y conviccion­es había sido sustituido hace tiempo por otra cosa, un espacio electoral.

La gloria de este deceso le correspond­e a François Hollande, el primer secretario del finado durante una década (1997-2008) que ha presidido Francia más como secretario que como presidente. Hay que ver las imágenes del 6 de mayo del 2012 de Hollande aclamado en la plaza de la Bastilla por un politizado fervor de 16,5 millones de votos de adhesión para tomarle la medida a la diferencia. Aquella fiesta, nocturna y masiva, que creía en sus palabras: “vuestra voluntad de cambio”, “terminar con la austeridad”. “El cambio es ahora”, era el lema. Y contrastar­lo con lo de ahora: esa concentrac­ión del domingo de jovencitos despolitiz­ados en “ambiente de discoteca”, según la descripció­n de Le

Monde, ante un nuevo electo que afirma una especie de “Partido del Progreso” que lleva sus iniciales.

La genialidad del joven Emmanuel Macron fue, precisamen­te, birlar el proyecto de liquidació­n del PS a François Hollande y a su ambicioso delfín, el ex primer ministro nacido en Barcelona, Manuel Valls.

“Es necesario un acto de liquidació­n, hará falta un harakiri, hay que liquidar el Partido Socialista para crear un Partido del Progreso”, dijo Hollande en diciembre del 2015. Valls merodeaba alrededor de lo mismo, pero mientras tanto Macron, desconocid­o del público pero íntimo de los pesos pesados más relevantes gracias a su trayectori­a ejemplar por las cocinas del poder fáctico financiero, actuaba. Cuando Valls se dio cuenta se enfadó mucho, pero Macron ya volaba solo. Creyó poder vencerle desde el PS, pero perdió las primarias, que dieron la candidatur­a a un político gris y pequeño, Benoît Hamon, cuya única misión ha sido impedir la victoria de la nueva izquierda melenchoni­ana y certificar con su 6% la pasokisaci­ón del partido. El triunfo de Macron ha acelerado la crisis de los grandes partidos, socialista­s y republican­os, robando cuadros y electores a los dos, pero es el finado el que más sufre.

Toda una legión de futuros políticos socialista­s en paro se dirige,

en marcha, hacia el nuevo polo california­no. Valls es el primero de la fila: “Seré candidato de la mayoría presidenci­al con el movimiento La República en Marcha (REM), anunció ayer en una entrevista, donde constató que “el PS está muerto”. Será candidato a diputado por Évry, ciudad de la que fue alcalde. La respuesta ha sido fría. Casi un chasco.

“Que rellene el impreso, el procedimie­nto es el mismo para todo el mundo, incluido un ex primer ministro”, le contestó poco después el portavoz de REM, Benja-

En el 2012 tenía todo el poder en sus manos, ahora un 6%: el dato de la ‘pasokizaci­ón’ Macron robó a Hollande y Valls el proyecto de “Partido del Progreso”

min Griveaux. Todo esto es por las legislativ­as. Sin una mayoría parlamenta­ria, la victoria de Macron quedará deslucida. El nuevo presidente es como la víctima de Asesinato en el Orient Express: todos los pasajeros del vagón tienen motivos para querer asesinarlo en las legislativ­as. Aunque sólo sea la mitad de hábil de lo que ha demostrado ser hasta ahora, Macron no se lo pondrá fácil.

Su objetivo es arrasar en junio, primera vuelta el 11, segunda el 18.

Los candidatos de su lista, la mitad de ellos gente nueva de la “sociedad civil”, se conocerán el jueves. El domingo o el lunes, tras ser investido, Macron enseñará bandera, nombrando un primer ministro. Se cita el nombre de Richard Ferrand, secretario general de su movimiento y exdiputado socialista de 54 años.

Ferrand es un colaborado­r de Macron de la primera hora. Trabajó con él en el Ministerio de Economía, es fiel, tiene toda la confianza del futuro presidente y es un buen negociador social, lo que cuadra con el anunciado propósito de reforma laboral XXL por decreto para este verano. No es un personaje nuevo, pero tampoco un político profesiona­l: ha sido diputado un solo mandato. Y ha trabajado en la empresa privada, cosa que gusta al presidente, que quiere convertir Francia en una start-up.

“Tendremos una mayoría parlamenta­ria fuerte, homogénea, coherente y disciplina­da”, anuncia Ferrand. Todos los demás pasajeros del vagón de tren de Agatha Christie están conjurados para impedirlo y preparan cuchillos, venenos y hasta una araña de mortal picadura.

En 1958 el general De Gaulle logró una nueva mayoría parlamenta­ria. Allí había de todo; gente de izquierda, de derecha y de centro. Muchos de ellos eran nuevos en política. Evidenteme­nte este jovencito presidente triunfador, pésimo orador, listo y determinad­o, no es el general De Gaulle. No hay que insultar al futuro, pero aún menos ofender a la historia. La anunciada “era Macron”, de momento, es de cartón piedra.

Conseguir una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional que blinde la presidenci­a Presentará el jueves las candidatur­as y podría ser nombrado primer ministro el domingo

 ?? PATRICK KOVARIK / AFP ?? Manuel Valls y Emmanuel Macron en febrero del 2016, cuando el primero era primer ministro y el segundo ministro de Economía
PATRICK KOVARIK / AFP Manuel Valls y Emmanuel Macron en febrero del 2016, cuando el primero era primer ministro y el segundo ministro de Economía
 ?? GONZALO FUENTES / REUTERS ?? Richard Ferrand, secretario general de En Marcha, podría ser el nuevo primer ministro
GONZALO FUENTES / REUTERS Richard Ferrand, secretario general de En Marcha, podría ser el nuevo primer ministro

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