Un complot de ultraderecha salpica al ejército en Alemania
Dos oficiales y un civil iban a atentar de modo que pareciera obra de yihadistas
En la lista de objetivos intervenida aparecen el ministro de Justicia y el expresidente alemán Joachim Gauck
La Fiscalía federal alemana ha puesto al descubierto un complot de extrema derecha en el que participaban dos militares y un civil. El objetivo del grupo era atentar contra altas personalidades de la vida política de Alemania de modo que pareciera que era obra del terrorismo yihadista y forzar así un cambio de percepción y de postura de la ciudadanía frente a los refugiados. La última detención esta semana ha sido de un teniente de 27 años, lo que compromete más todavía la imagen del ejército.
El caso tuvo un primer capítulo el pasado mes de abril con la detención de dos sospechosos, uno de ellos también un teniente. Tras ese primer arresto, se supo que el expediente del primer militar implicado contenía antecedentes de racismo. La reciente detención de un segundo oficial enciende las luces de alerta sobre la penetración de la ideología ultraderechista entre las filas del Bundeswerh (ejército).
El nuevo implicado en el complot ultraderechista, cuya detención fue comunicada ayer por la Fiscalía federal alemana, es un teniente que responde al nombre de Maximilian T. Fue arrestado en la localidad de Kehl, en el sudoeste de Alemania, muy cerca de la ciudad francesa de Estrasburgo. Tanto Maximilian T. como el también teniente Franco A. –el detenido de abril– sirven en la misma compañía de cazadores 291 y se encontraban acuartelados en la población alsaciana de Illkirch-Graffenstaden, en Francia.
La Fiscalía difundió ayer una nota en la que aseguraba que estaba reuniendo cada vez pruebas más concluyentes contra ambos militares y contra la tercera persona implicada en el caso, un estudiante que fue arrestado junto a Franco A. el pasado 26 de abril. Según esta información del ministerio fiscal, los tres detenidos conformaban una especie de “camaradería de ultraderecha” o, incluso, “una célula terrorista de extrema derecha”. La motivación del grupo radicaba en actuar contra quienes se hubieran expresado a favor del acogimiento de los refugiados y provocar así una reacción o corriente de opinión pública contraria a dicha política. En la lista de objetivos intervenida por la policía, aparecen nombres como el del ministro de Justicia, Heiko Mass, o del expresidente de la República Federal, Joachim Gauck.
Se da la circunstancia de que el primer militar detenido por la trama, Franco A., adoptó una identidad falsa y se registró como refugiado sirio en la Oficina Federal para la Inmigración y los Refugiados y hasta había logrado recibir protección estatal y ayudas públicas. Franco A. debía ser el encargado de llevar a cabo el primer atentado. Dejaría que la policía siguiera la pista de su falsa identidad siria para alimentar así sus tesis racistas y xenófobas al hacer llegar a la opinión pública que el sospechoso era alguien que incluso recibía ayudas estatales.
Este aspecto de la investigación ha sembrado dudas sobre el sistema de registro de los refugiados, pero la polémica no ha quedado ahí. La ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, tuvo que pedir disculpas después de acusar a la cúpula militar de incapacidad para lidiar con problemas como el acoso sexual y el extremismo derechista. La canciller Angela Merkel salió en defensa de la ministra y dijo que había llamado a las cosas por su nombre y que se tenía que investigar “si tal cosa ocurre con frecuencia”.