Nace el primer sindicato de inquilinos para defender alquileres justos
La intención es defender unos alquileres justos, estables y asequibles y luchar contra el abuso inmobiliario. Con esta voluntad nace el primer Sindicato de Inquilinos, que se presentó ayer públicamente en Barcelona, donde hay más de 200.000 familias que viven de alquiler. La primera petición de este sindicato es la de reclamar una regulación de las rentas para evitar el desenfreno que estén experimentando las rentas en la capital catalana con una subida registrada el año pasado del 9% y ya se sitúa en 801 euros al mes, según los datos de la Generalitat.
Jaume Palomera, uno de los portavoces del sindicato, ha asegurado que en Barcelona aún hay nueve desahucios diarios, de los que un 83% son por impago del alquiler. Por eso ha instado a derogar la ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), que en el 2013 redujo la duración mínima de los contratos de alquiler de cinco a tres años. Consideran que, de esta manera, es imposible conseguir estabilidad de los contratos de arrendamiento.
Otra de los portavoces del sindicato, Irene Sabaté, reclamó ayer la implicación del Ayuntamiento de Barcelona para trabajar en un índice de referencia que sea vinculante. En este índice están trabajando conjuntamente la Generalitat y el Consistorio y, en breve, debería estar listo, aunque será sólo un indicador. Aquellos propietarios que respeten las rentas medias para la zona en la que se encuentra la vivienda podrán recibir bonificaciones en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y ayudas para la rehabilitación. El sindicato también considera imprescindible priorizar el uso residencial de las viviendas por encima de otros, como puede ser la inversión o el turístico.
Los miembros del sindicato se mostraron ayer muy críticos con el actual modelo de alquiler barcelonés que, a su juicio, está destruyendo el tejido local. La subida de las rentas, según explicaron, está expulsando a los vecinos de los barrios que no llegan a cubrir el pago de su residencia. Además denunciaron las situaciones que se están produciendo en muchos puntos de la ciudad, donde grandes inversores están comprando de forma sistemática edificios enteros. Otra de las críticas lanzadas por los inquilinos es el deterioro en el que se encuentran muchas viviendas que no se corresponde con el precio de alquiler. De ahí que no descartaran volver a convocar una huelga de inquilinos como la que se produjo en 1931.
El sindicato ofrecerá protección al inquilino y le proporcionará asesoramiento técnico y jurídico a través de un mediador. El sindicato hizo un llamamiento ciudadano para llevar a cabo una campaña de micromecenazgo con el que quieren recaudar 200.000 euros, y así dar apoyo a los voluntarios que trabajan asesorando a inquilinos.
Por su parte, el concejal de Vivienda del Ayuntamiento, Josep Maria Montaner, se congratuló de la constitución de este sindicato. Consideró que “es más necesario que nunca porque las dificultades en el alquiler están aumentando”. Se trata de una institución pionera en España que funciona desde hace tiempo en otros países europeos. El edil recordó que el 31% de las viviendas en Barcelona son de alquiler y achacó directamente la subida de precios experimentada en los últimos meses a la LAU y a la reducción de la duración de los contratos de alquiler. Sobre la posibilidad de convocar una huelga, aseguró que esta es una de las herramientas con que cuentan los sindicatos.
La asociación reclama la entrada en funcionamiento del índice de precios y que sea vinculante