Entre Gaudí y el racionalismo
ENRIC TOUS I CARBÓ (1925-2017)
La fachada del edificio de Banca Catalana en el paseo de Gràcia barcelonés (1968) expresa dos grandes pasiones de Enric Tous i Carbó, fallecido el pasado día 3 a los 92 años: Gaudí y la arquitectura del Movimiento Moderno. Este es un edificio de líneas esenciales, en cuya fachada se manifiestan los forjados y, entre ellos, un revestimiento en el que se alterna el vidrio con los plafones prefabricados. Estos últimos evocan en su relieve los paraboloides hiperbólicos gaudinianos, rindiendo un sutil tributo al oleaje de piedra de la vecina Pedrera, y son prueba del gusto por la construcción tecnológica de sus autores, Enric Tous y Josep Maria Fargas.
Estos dos proyectistas integraron entre 1954 y 1992 uno de los más activos despachos de arquitectura de Barcelona, Tous i Fargas –también denominado Torres i Bages por sus colegas de la
gauche divine–. En los decenios de los sesenta y setenta se especializaron en arquitectura bancaria, levantando la mencionada obra en el paseo de Gràcia. U otra en la calle Balmes 236 (de 1975), para el mismo cliente, cuya fachada de paneles blancos fue eliminada en una reforma posterior. O el edificio, en la Diagonal, ante la rambla Catalunya, para el Banco Industrial de Bilbao (1970), con una estructura de robustas vigas que se manifiesta a pie de calle. O las oficinas del Banco Industrial de Catalunya, en la confluencia de la Diagonal con Carles III (1975), con sus características torres hexagonales, revestidas de vegetación –una novedad en su día, fruto del afán investigador de los arquitectos, que estudiaron el sistema de riego hidropónico–. Este edificio sería después, todavía lo es, sede del Grupo Planeta. Todas las construcciones citadas combinan una buena composición con la discreción formal, y hunden sus raíces en la tradición moderna y en el deseo de llevarla más allá apostando por la investigación tecnológica en lo tocante a materiales y procesos constructivos.
“Gracias a las investigaciones de Tous y Fargas –dice David H. Falagan, autor de una tesis doctoral dedicada a este despacho, que carece todavía de una monografía al uso–, la industria local desarrolló paneles ligeros de revestimiento, muros cortina, vidrios de doble curvatura y otros elementos industrializables... Puede parecer paradójico ese interés simultáneo de Tous por Gaudí y las técnicas modernas, pero no lo es: admiraba la geometría oculta de Gaudí, no su plástica”.
Tous y Fargas se iniciaron en el ámbito del interiorismo, ganando en 1958 la primera edición del premio FAD en esta categoría, por su tienda Georg Jensen, ya desaparecida. Construyeron también viviendas unifamiliares, como la Casa Ballvé, en Pedralbes –en la que años después residió el futbolista Maradona, y que sufrió también serias modificaciones–. E industrias, como la fábrica Dallant (1963), en Sant Feliu de Llobregat, o la Kas (1964), en Vitoria, de nuevo ambas sometidas a desfiguraciones.
No siempre es fácil, en este tipo de equipos, determinar cuál es la aportación de cada uno de sus miembros. Pero en este caso Tous, que tuvo entre sus profesores a Jujol, Ràfols o Bona, y admiraba a Mies y a Neutra, sería el miembro más analítico, más preocupado por el desarrollo del proceso y su adecuación a la ciudad, y Fargas el más pragmático y hábil en el trato con los clientes.
Hombre de cultura, Tous se dedicó, tras la ruptura con Fargas, a estudiar la obra de Gaudí y a escribir. Una selección de estos textos se publicó bajo el título L’arquitectura i la vida (2015).
Asociado con Josep M. Fargas, destacó en los sesenta y setenta por sus edificios para entidades bancarias