Muertos por el frío en Andorra
Un documental explica la trágica historia de tres aviadores norteamericanos cuando huían de los nazis en 1943
Andorra se mantuvo al margen de la Segunda Guerra Mundial, pero no pudo obviar las tensiones políticas con los estados vecinos y algunos hechos luctuosos por su posición fronteriza y de paso de refugiados. Uno de los episodios más dramáticos fue la muerte por el frío de tres aviadores norteamericanos que atravesaban las montañas desde el sur de Francia huyendo de los nazis. Se produjo el 25 de octubre de 1943 y ahora el documental que ha reconstruido su historia se ha estrenado en Europa con una proyección en Andorra, en el teatro Les Fontetes de La Massana.
El documental ha sido producido por el historiador y guía turístico de origen belga Geert van den Bogaert, que hace dos años estuvo en Andorra para conocer detalles del trágico periplo de estos militares, entrevistar a algunos testigos y empezar el rodaje. El documental ya presentado en Estados Unidos se proyectará después en Francia e Inglaterra. En Andorra se pudo ver en el marco de unas jornadas de estudio promovidas por el historiador Claude Benet, que “descubrió” hace unos años la peripecia de estos aviadores.
La historia que explica el documental está centrada en el sargento Francis B. Owens, un joven de 20 años que iba de artillero de un B-17, avión bautizado con el nombre de Fortaleza Volante, del 533 escuadrón de bombarderos. El 4 de julio de 1943 cuando volvía de bombardear una fábrica de Le Mans su avión fue abatido en Le Coulonche, en Normandía. Al ver que otro tripulante estaba herido le dejó su paracaídas, jugándose la vida en un aparato a punto de explotar, y él se lanzó después. Tuvo suerte, cayó en una zona controlada por la resistencia y lo escondieron. Lo llevaron a Paris y un tiempo después se suma a una expedición formada por seis militares franceses y siete aviadores americanos. Tenían que atravesar Francia hasta Toulouse y Saint Girons, entrar en Andorra por la montaña y llegar a Barcelona, para ser acogidos por el consulado norteamericano.
El tramo más difícil era a partir de Suc et Sentenac, un pueblo del Ariège, donde empezaba una travesía a pie, que podía durar hasta tres días y que generalmente se hacía de noche, hasta entrar a Andorra por la montaña. En un momento determinado uno de los integrantes del grupo, el sargento William Plaskett, operador de radio, cayó agotado. Owens y otro compañero, el subteniente Harold Bailey, se quedaron con él en la montaña y el resto de los expedicionarios siguió el camino. Intentaron cargar con él y seguramente se perdieron. Las bajas temperaturas del mes de octubre, la mala alimentación y la debilidad física les impidieron avanzar. Cuando los pasadores volvieron atrás ya no los encontraron.
Sus cuerpos no se localizaron hasta ocho meses después en el pico de Montmartell. No se les encontró nada de valor encima, como si les hubieran robado todo, excepto una foto “que parece que es la torre Eiffel de Paris”, según se decía en un informe del secretario del Consell General, del 12 de junio de 1944, localizado por el periodista Andrés Luengo y publicado en el diario Bon dia. En la nota añadía que debido al tiempo transcurrido “no podíamos bajarlos como era ordenado, porque no se hubiera podido aguantar el mal olor que hacían”. Los enterraron en la fosa común del cementerio de Arinsal, sin conocer su identidad. Y no fue hasta seis años más tarde que el Grupo de Búsqueda y Recuperación del ejército norteamericano los identificó y se hizo cargo de los cadáveres. El cónsul estadounidense en Barcelona consiguió del obispo de Urgell permiso para exhumarlos. Owens fue enterrado en el cementerio de Las Ardenas y hoy da nombre a una escuela de formación en una base aérea de California. Los otros dos soldados fueron enterrados en EE.UU.
El historiador Claude Benet rastrea ahora el caso de otro militar norteamericano que se cree que murió cerca de Soldeu, en otra expedición y en fechas próximas, cuyo cadáver nunca se encontró.
Estreno de la película que reconstruye el periplo del sargento Owens de París a Andorra, donde murió