¿Qué impuestos paga la Iglesia?
El régimen fiscal de la Iglesia en España deriva fundamentalmente de la denominada Ley de mecenazgo. Dicha ley establece un régimen fiscal común para fundaciones (incluidas las de los partidos políticos), asociaciones de utilidad pública, ONG´s de ayuda al desarrollo, federaciones deportivas y para todas las confesiones religiosas que tienen acuerdos con el Estado (Iglesia católica, Comunidades evangélicas, Comunidades israelitas y Comisión islámica).
Las diócesis y parroquias españolas declaran anualmente su Impuesto sobre Sociedades tributando por todos los ingresos no exentos y cumpliendo con los requisitos de información previstos. En todas sus compras pagan el IVA sin derecho alguno a repercutirlo, lo que supone un pago anual a Hacienda superior a 60 millones de euros.
Existe la exención por IBI, pero no es para todos los bienes, sino únicamente para los que están previstos en la Ley de mecenazgo, en régimen de equiparación con el resto de entidades incluidas en la ley. En dicho ámbito municipal, la Iglesia paga las tasas municipales como el resto de contribuyentes (basuras, vados, impuesto sobre los vehículos, etc.)
En el ámbito de la Seguridad Social, la Iglesia ingresa anualmente al Estado más de 14 millones de euros en cotizaciones de seguridad social de los sacerdotes, a lo que habría que unir las cotizaciones de los laicos que trabajan en diócesis y parroquias de la Iglesia (más de 20 millones de euros sin incluir los trabajadores de colegios, hospitales y otras actividades de la Iglesia, cuya
cifra es muy superior).
Pero la contribución de la Iglesia a las arcas del Estado no queda ahí. Su inmensa labor en favor de la sociedad tiene, entre otras consecuencias, una gran actividad económica generadora de recursos para la administración. Un reciente estudio de KPMG cifraba en más de 22.600 millones de euros la aportación al PIB de los Bienes de interés cultural de la Iglesia, con más de 160.000 empleos directos. Ello se traduce en miles de millones de euros de impuestos y cotizaciones sociales recaudadas por la Administracion.
En resumen, la Iglesia tiene, fundamentalmente, el mismo régimen fiscal que el resto de religiones y del sector no lucrativo. Sin privilegios. Pero, además, su actividad está aportando mucho a la economía de España y, por supuesto, también a la financiación de la Administración Pública.