La Vanguardia

Plante socialista

Mun afirma que viajará adonde haga falta para resolver el problema nuclear

- ISIDRE AMBRÓS Hong Kong. Correspons­al

A causa del bloqueo de comparecen­cias acordado por JxSí y la CUP, el PSC ha decidido no participar en ninguna de las comisiones de investigac­ión del Parlament.

Corea del Sur se despertó ayer con un nuevo presidente que no ha dejado pasar ni un día para empezar a desarrolla­r su mandato. Pocas horas después de proclamar su victoria en una elecciones anticipada­s, provocadas por la destitució­n de su antecesora, Park Geun Hye, destituida por corrupción, Mun Jae In juró ya su cargo y nombró a varios cargos clave para que su Gobierno empiece a trabajar.

En sus primeras declaracio­nes, el nuevo presidente surcoreano se ha comprometi­do a tender puentes con Corea del Norte con el fin de acabar con la amenaza que supone el programa nuclear norcoreano para la seguridad de la región y, para ello, no ha dudado en afirmar que está dispuesto a viajar a Pyongyang.

Mun, un político liberal, considerad­o de centroizqu­ierda en el abanico ideológico surcoreano, reiteró ayer que pretende impulsar una nueva era de relaciones con Pyongyang, basada en el diálogo y con el objetivo de alcanzar la paz con Kim Jong Un. Una iniciativa que choca con la que hasta ahora han desarrolla­do sus antecesore­s y EE.UU., que han apostado por las sanciones con el fin de doblegar la voluntad de los dirigentes norcoreano­s.

“Si es necesario, partiré enseguida a Washington. Iré igualmente a Pekín y a Tokio e incluso a Pyongyang , si se dan las condicione­s adecuadas”, dijo Mun para mostrar su voluntad de buscar un compromiso con Kim Jong Un, según la agencia Yonhap.

Sus intencione­s de entablar un diálogo con Pyongyang no son nuevas. Es un firme partidario del modelo de la que lanzó el socialdemó­crata alemán Willy Brandt para acercar las dos Alemanias en los años 70. Una estrategia que vivió en los primeros años del 2000 junto a su entonces jefe y presidente surcoreano Roh Mu Hyun, que apostó por seguir la llamada lanzada por su antecesor, Kim Dae Jung. basada en la paz y la prosperida­d para las dos Coreas.

Ahora Mun quiere revivir aquel espíritu de cooperació­n entre ambos lados de la frontera. Promueve relanzar los proyectos de colaboraci­ón entre Seúl y Pyongyang y reactivar la actividad en la zona industrial fronteriza de Kaesong, donde las empresas del sur empleaban a miles de trabajador­es del norte.

Pero Mun no lo tendrá. Los expertos subrayan que el régimen norcoreano ha cambiado mucho desde entonces y ahora tiene el arma nuclear.

Y para muestra un botón. El pasado lunes la televisión norcoreana mostró dos imágenes, se supone que obtenidas vía satélite, de las instalacio­nes del sistema antimisile­s Thaad, que EE.UU. ha instalado recienteme­nte en Corea del Sur, informa Yonhap. Unas fotos que, según los observador­es surcoreano­s, tienen como objetivo presionar a Seúl y demostrar la capacidad de que dispone el régimen de Pyongyang.

Mun mantuvo también ayer su primera conversaci­ón telefónica con Donald Trump, y ambos se comprometi­eron a colaborar estrechame­nte para buscar una solución al problema que supone el programa nuclear norcoreano para la seguridad en la región.

La televisión de Corea del Norte muestra fotos vía satélite del sistema antimisile­s Thaad instalado en el Sur

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ESTRINGER / REUTERS El nuevo presidente de Corea del Sur, Mun Jae In, hablando ayer por teléfono con Donald Trump

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