La Vanguardia

Billete blanco para Cardiff

El Madrid sufrió en la primera parte, pero se sobrepuso al marcar Isco al filo del descanso

- CARLOS NOVO

El ambiente bélico con el que vino envuelto el partido derivó en un choque volcánico, en el que el Atlético consiguió abrasar al Madrid en unos primeros quince minutos en los que logró dos goles y creyó en la remontada. El equipo de Zidane llegó a tener muy mal aspecto, pero se sobrepuso amparado en Isco y Modric e hizo bueno el 3-0 de la ida del Bernabeu con una derrota por la mínima. El 3 de junio disputará en Cardiff la final del máximo trofeo continenta­l contra el Juventus.

El Atlético necesitaba una intimidaci­ón como la que logró de inicio para tener una posibilida­d. Construido para defender, se desplegó poderoso ante un Madrid timorato en el que Danilo ocupaba la banda derecha en detrimento de Nacho, la única sorpresa en el once de Zidane.

Desde que Çakir pitó el comienzo se vio que el Atlético iba en serio. Mientras que el Madrid no sabía muy bien qué hacer con el balón, el Atlético lo tenía muy claro. Lo abría a las bandas o lo jugaba en profundida­d para los desmarques de Griezmann y Torres. No estaba preparado el Madrid para parar la avalancha. Los remates le llovieron a Keylor Navas, que ya en el minuto seis le sacó uno a Koke, luego Torres cabeceó alto y a los doce Saúl, un jugador especializ­ado en meter golazos en la Champions, cabeceó un saque de córner para llevar el 1-0 al marcador. Gol en horario de remontada.

Aturdido, el Madrid metabolizó fatal el 1-0 y entró en pánico. Perdió el balón, que no le duraba nada. El Calderón era una caldera y el Madrid un manojo de nervios. En plena crisis, Varane no tardó en derribar por detrás a Torres en el área. El Atlético no es un consumado lanzador de penaltis. Lo tiró Griezmann medio cayéndose pero batió a Navas en una pequeña revancha de lo que pasó en Milán. Ni los más optimistas colchonero­s podían haber imaginado ir 2-0 al cuarto de hora.

A partir de ahí se jugó otro partido, igual de intenso, pero a la vez con muy malos modos. En muy pocos minutos se cargaron de tarjetas por acciones violentas o por protestar Gabi, Savic y Godín en el Atlético y Danilo y Sergio Ramos en el Madrid.

El equipo blanco comenzó a meterse en el partido poco a poco por la acción mancomunad­a de Modric y, sobre todo Isco, que empezó a moverse entre líneas. También el Atlético facilitó que el Madrid se quedara con el balón. Segurament­e no hubiera podido mantener el ritmo los 90 minutos y ya tenía el marcador donde quería. Lo malo para sus intereses es que darle el cuero al Madrid es exponerse mucho. Los blancos sólo necesitaba­n un gol para devolver al Atlético a la mina.

Con Cristiano en su versión más gris, el Madrid encontró el genio que buscaba en Benzema, el delantero más apático de este tramo final de temporada. Cuestionad­o por muchos, el francés tiró de su calidad innata a tres minutos del descanso con una jugada que empezó en la banda. Entre amagos y recortes se fue de los tres centrales del Atlético, se metió en el área y centró para Kroos. El remate del alemán lo sacó a duras penas Oblak, que ya no pudo hacer frente al segundo chut y a bocajarro de Isco, el hombre del partido.

La segunda parte comenzó con el Atlético necesitado de tres goles. Las piernas ya no eran las mismas, ni el Madrid tampoco con las líneas más juntas y las ideas bastante más claras. Enseguida Simeone refrescó a su equipo al cambiar a Giménez por Thomas y a Gameiro por Torres. Pero ni por esas el Atlético elevó el diapasón de su juego, que era ya claramente del Madrid, que triangulab­a y triangulab­a en el centro del campo. No buscaba el Madrid el gol, dedicado sobre todo a proteger el balón y dejar pasar el tiempo.

Cuando peor parecía tenerlo el Atlético, a la contra, se fabricó dos oportunida­des clamorosas en la

El Atlético abrasó al Madrid el primer cuarto de hora, pero luego no pudo con un gran Keylor Navas

misma jugada, dos remates tremendos de Carrasco y Gameiro salvados de forma milagrosa por Keylor Navas. Resulta sorprenden­te lo bien que ha aguantado la presión el costarrice­nse en este final de temporada en el que todo el mundo le da por amortizado y con el futuro en Inglaterra.

Marcó el Madrid un gol mal anulado a Cristiano, pero ya no le necesitó el equipo de Zidane. Entraron Lucas Vázquez y Asensio, y el Madrid terminó el partido ante un Atlético ovacionado una y otra vez por su público en una despedida del Calderón bajo una tremenda tormenta de agua. El Atlético se va de Europa con dignidad y el Madrid buscará la duodécima en Gales.

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Benzema caracolea, pegado a la banda, para acabar deshaciénd­ose de Savic y Godín y facilitar el tanto de Isco
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GERARD JULIEN / AFP

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