Con la ayuda de mis amigos
Carlos Sainz se encomienda al “factor campo a favor” para soñar en casa con un podio que se le resiste
Tres años. Desde mayo del 2013 Montmeló no ve una victoria o un podio español en la F-1. La última vez fue con Fernando Alonso pilotando el Ferrari F138 con el que acabó subcampeón. Pero ahora el asturiano –cuatro abandonos con el McLaren– no está para grandes gestas. Bastante tiene con acabar. ¿Y el otro? Carlos Sainz, eclipsado mediáticamente por el bicampeón de Oviedo, es la opción emergente, el valor al alza. ¿Llegará con él el podio? “Ojalá... Pero, con todos mis respetos, es complicado. Es tan improbable que gane o suba al podio como que el Atlético elimine al Madrid (anoche)”, ilustraba el madrileño de 22 años.
Aunque en su fuero interno Carlos Sainz (Madrid, 1/IX/ 1994) se esperanza en el pequeño milagro con la colaboración de alguna carambola, como el choque inesperado de los dos Mercedes en la salida el año pasado (que propició la victoria de Verstappen), y la ayuda de sus amigos: su creciente masa social.
“Hay dos equipos realmente fuertes –en referencia a Ferrari y Mercedes–, o chocan entre sí o hay una debacle... Dejo la puerta abierta a que suceda lo mismo que el año pasado, pero es muy complicado. Y ya puestos a pedir un podio, ¿por qué no una victoria?”, comentaba divertido en un acto promocional de Estrella Galicia, uno de sus patrocinadores. Poniéndose realista, Carlos se fija el objetivo más factible –pero no por ello sencillo– de “volver a la zona alta de los puntos”. “No como en Rusia –añade–, que por los pelos fui 10.º; hay que volver al 7.º puesto, pero dependerá de las mejoras que traiga Toro Rosso y de que los demás no mejoren más que nosotros”, apostilla el madrileño.
Otra cosa será el efecto multiplicador de correr en casa. Un tópico que los pilotos insisten en desmitificar, que consideran un plus, una inyección de potencia anímica incalculable. “Montmeló es el circuito de casa para todos porque rodamos aquí en pretemporada, todos lo conocen igual que yo, pero ninguno tiene a la afición ni esas gradas de seguidores. Parece que no, es difícil cuantificar el factor campo en la F-1, pero yo me baso en el hecho de que mis mejores carreras han sido aquí”.
Y no le falta razón: su mejor resultado en 44 GP ha sido un 6.º puesto, tres veces. El primero fue en el Circuit de Barcelona, el año pasado. A partir de aquellos 8 puntos, Sainz mejoró exponencialmente y llegó a sumar en 10 carreras un total de 46 puntos. También puntuó en su debut en casa en la F-1, en el 2015, con un 9.º puesto. “Fueron mis dos mejores carreras en la F-1”, comentaba el de Toro Rosso. “Esto significa que todo el apoyo que recibo funciona, logro un estímulo extra y todos juntos nos volvemos más fuertes”, explica Sainz, que, además, se ha criado prácticamente en el trazado de Montmeló como piloto. Aquí ha corrido en casi todas las categorías, desde la Fórmula BMW Europea hasta la GP3 Series y las WS Fórmula Renault 3.5.
De hecho, fue en el Circuit donde, de niño, presenció por primera vez una carrera de F-1, para ver a su ídolo Fernando Alonso. “He ido al circuito de Barcelona desde que tenía nueve años, y ahora soy yo el que corro allí. Es impresionante. Cuando compites en casa, la sensación es muy diferente a la que tienes en otras carreras. Cada vez que sales a la pista sabes que hay mucha gente viéndote y animándote, y esto hace el fin de semana más especial. De acuerdo que el fin de semana del GP de casa estás un poco más liado de lo normal, pero lo hago todo con una sonrisa en la cada porque sé que soy una persona con suerte”.
En esta ocasión, Carlos Sainz estará más acompañado todavía. Repite con su grada de animación, que prácticamente duplica en capacidad. Pasará de 1.500 seguidores a unos 3.000, que estarán ubicados en la tribuna M, una grada cubierta cercana al curvone Renault. “Tener una grada propia de seguidores es impresionante; es una iniciativa que comenzamos el año pasado, funcionó bien y este año la repetimos, pero con más plazas. Habrá más de 3.000 aficionados. Será emocionante pasar por allí cada vuelta. A esa grada especial iré a visitarles el sábado después de la clasificación a hacerme una foto. Seguro que me darán fuerza para la carrera del domingo”. Los aficionados de la grada carlista han pagado 99 euros por un paquete que incluye la entrada para tres días, gorra, bandera y cuatro latas de Red Bull. “Es una oportunidad buenísima para los aficionados porque no es fácil ir a una carrera de F-1. Todo lo que hagamos por ellos es poco”, comenta Sainz.
ENRAIZADO A MONTMELÓ Sainz se crió en el Circuit, donde corrió en casi todas las categorías y presenció su primera carrera de F-1
UNA GRADA DE APOYO “Tener una grada propia de aficionados es impresionante; este año serán más de 3.000”