Gaviria vuelve a ganar mientras los favoritos miran hacia el Blockhaus

“El verdadero Giro empieza el domingo en el Blockhaus”, ha avisado Vincenzo Nibali. Y seguramente tiene razón. Ayer, en Mesina, última etapa antes de pisar la bota, victoria al sprint del colombiano Fernando Gaviria y ningún cambio en la general. Jornada de transición.

Pero antes de la gran etapa del domingo, el Giro reserva algunas trampas, como la de hoy mismo, en una jornada de 217 kilómetros para enlazar Reggio Calabria con Terme Lugiane, estación termal calabresa. La parte final tiene dos puntos de interés. Primero, la subidita de Marina di Fuscaldo y sobre todo el descenso exigente que situará a los corredores a unos 15km de la meta. Y después, los dos mil metros finales, en una ascensión del 5,3% de desnivel medio con atención especial al último kilómetro: rampas del 5 al 10% de desnivel y una recta final de 500 metros en subida. Valverde mojaría pan.

De la etapa de ayer hay que destacar el error de juvenil del esloveno Luka Pibernik, gregario de 23 años del equipo de Nibali. En el primer paso por la meta de Mesina (aún quedaba un circuito de unos seis kilómetros) pensó que llegaba solo y vencedor. Y lo celebró levantando los brazos. El grupo principal que venía por detrás loa adelantó sin piedad pocos metros después de la línea.

En la llegada buena Gaviria venció casi sin rival de su talla. Segunda victoria y además acompañada de la maglia ciclamino, la camiseta de color morado que define al líder por puntos. El ciclista colombiano ha pedido que no le llamen el misil “porque eso tiene connotaciones guerreras que no gustan en mi país”.

El catalán Alberto Losada volvió a hacer muestra de resistencia y también ayer consiguió llegar hasta el final. Entró el último, a 7m del vencedor, pero sigue adelante a pesar de la caída del martes.