Draghi avisa a España que se prepare para las alzas de tipos
El presidente del BCE se arroga la creación de 4,5 millones de empleos
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), alertó ayer a España y otros países de la periferia d el euro de las futuras consecuencias que podría provocar un alza de tipos de interés en sus economías y en la financiación del sector público y privado. El banquero italiano declaró que “los tipos de interés empezarán a subir, pero no es tarea del BCE preparar a los países para estos eventos”. El precio oficial del dinero en el 0% y la compra de bonos soberanos en el mercado secundario han permitido a todos los países del euro, al margen de su rating, financiarse casi gratis.
Esto, lógicamente, se acabará cuando empiecen a subir los tipos y el BCE deje de intervenir en el mercado de bonos, algo que no es todavía inminente, pero sí un poco más cercano que meses atrás. Y Draghi empieza a avisar: “Nuestra tarea es buscar la estabilidad de precios independientemente de cuál sea el estado de preparación de estos países”, dijo Draghi.
El guardián del euro no quiere que la normalización de la política monetaria pille a nadie desprevenido, sin los deberes hechos. “Está claro que los países tienen tiempo para consolidar sus finanzas, llevar a cabo las necesarias reformas estructurales y luego veremos qué pasa cuando tengamos que salir del programa, pero a la hora de analizar nuestra estrategia para el futuro solo tenemos en mente una cosa: la estabilidad de precios”, insistió Draghi.
El presidente del BCE toreó ayer en una plaza difícil para él –el Parlamento de Holanda, país radicalmente contrario al mantenimientos de los estímulos monetarios– y no se arrugó. En primer lugar, sacó pecho del trabajo realizado por el banco central. “En el contexto de una recuperación cada vez más sólida, los beneficios de nuestra política monetaria superan claramente los efectos secundarios potenciales”, dijo Draghi. Y añadió, ufano: “Nuestra política monetaria ha creado 4,5 millones de empleos en Europa que no estaban ahí antes y el resto es especulación”.
Pero no se puede seguir así mucho más. Por un lado, la Reserva Federal planea nuevas subidas de tipos, que acentuarán el siempre indeseado desacoplamiento con el BCE, si este no cambia. Por otro, los efectos secundarios de la expansión monetaria pueden ser letales si esta se perpetúa en el tiempo. En este sentido, Draghi –sin prometer nada– trató de tranquilizar a los diputados holandeses: “Los datos recibidos confirman que la recuperación cíclica de la economía de la zona euro es cada vez más sólida y que los riesgos a la baja han disminuido aún más”, lo que abriría la puerta a alzas de tipos. “Sin embargo –continuó Draghi–, es demasiado pronto para declarar que ha sido un éxito porque las presiones inflacionarias subyacentes siguen siendo moderadas y aún no hay una tendencia convincente al alza”.
¿Hay que preocuparse? Según Draghi, solo lo justo. “En la actualidad no vemos pruebas convincentes de valoraciones de activos excesivas a nivel de la zona del euro, pero sí vemos que la dinámica de los bienes inmobiliarios o los altos niveles de endeudamiento de las familias en algunos países señalan el riesgo de aumentar los desequilibrios”. Ya se sabe, las burbujas sólo se reconocen cuando explotan. Álex Fusté, analista jefe de Andbank, criticó ayer a Draghi por el maltrato a los ahorradores y avisó de la factura que tocará pagar: “Cuando el dinero es gratis, la disciplina se evapora y, cuando la disciplina se evapora, las decisiones son una catástrofe”.
“Los países tienen tiempo de consolidar sus cuentas y hacer reformas y, luego, ya veremos lo que pasa”