Brexit de la lucha antiterrorista
Las unidades centrales antiterroristas del Reino Unido y sus servicios de inteligencia dejarán de participar a causa del Brexit en el habitual intercambio de notificaciones sobre yihadismo que supone el plan de Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) de la Unión Europea, informan fuentes europeas de la lucha antiterrorista. Dado que Gran Bretaña es objetivo de primer orden del terrorismo yihadista y al mismo tiempo es un foco de extremistas, su desconexión en materia de seguridad se considera en la UE como uno de los problemas que debe superar la constante mejora en coordinación antiterrorista y de la que se espera un sustancial perfeccionamiento con la participación del presidente electo francés, Emmanuel Macron. Las mismas fuentes observaban con inquietud el avance en Francia de Marine Le Pen y ahora expresan su satisfacción por la política netamente proeuropeísta anunciada por Macron.
La carta acerca del Brexit que la premier británica, Theresa May, envió el 29 de marzo pasado al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, aunque amable en el tono, suscitó rechazo entre los responsables del terrorismo en la UE, que interpretan que Londres utiliza la seguridad, la defensa y la lucha contra el terrorismo como una moneda de negociación indeseable y de efectos calificados de “muy perniciosos” para la seguridad. “Tendremos que volver a la vieja fórmula de las relaciones bilaterales en lugar de mejorar el automatismo en el que estamos avanzando con agencias como Europol o con el intercambio de datos entre los servicios de Inteligencia e Información de las policías de la Unión”, indicó a La Vanguardia un responsable de coordinación internacional en terrorismo.
“Si nada lo arregla, los servicios de inteligencia británicos dejarán de pertenecer a las estructuras formales europeas de intercambio de inteligencia y pasarán exclusivamente a trabajar mediante intercambios bilaterales de información, lo que significa que, finalmente, dependerán de las buenas relaciones entre cada uno de los países de la Unión y Londres. Este asunto podría tener menor importancia si no fuera porque el Reino Unido está considerado un gran objetivo terrorista y como uno de los focos del yihadismo desde los que se difunden consignas a escala global”, asegura David De Caixal, director general de Secindef, agencia y consultoría de inteligencia y contraterrorismo con delegaciones en Europa, EE.UU., Israel y América Latina.
Sobre los focos de radicalización en Gran Bretaña coinciden Fernando Reinares y Carola García Calvo, investigadores del Real Instituto Elcano, que en un análisis sobre los efectos del Brexit informan de que el Joint Terrorism Analysis Center (JTAC), del MI5 –la agencia británica de inteligencia dedicada a la seguridad interior– considera la amenaza terrorista como de nivel severo, lo que significa que un atentado en suelo británico es “altamente probable”, predicción que ya ha sido cumplida y que se mantiene.
Todas las fuentes coinciden al señalar que Gran Bretaña será la más perjudicada con la desconexión en materia de seguridad ya que, explican, su terrorismo es autóctono. Los investigadores del Instituto Elcano señalan que un incremento del control sobre la inmigración procedente de la UE, que piden los partidarios del Brexit, es poco eficaz para reducir el nivel de amenaza terrorista en el Reino Unido pues “hace más de una década que su principal componente no es foráneo sino autóctono o homegrown”. Es decir, los terroristas son ciudadanos británicos o residen desde hace años en Gran Bretaña. Además, tal como indica el director de Secindef, el Reino Unido “exporta cientos de combatientes, algunos tristemente famosos como el yihadista John, que se suman al Estado Islámico”. Por todo ello en los centros de coordinación antiterrorista de la UE se presume que los británicos serán los más perjudicados, ya que su desconexión del creciente intercambio informativo policial europeo no va a protegerlos mejor del terrorismo.
Para atenuar la presumible crisis antiterrorista que supone la aplicación del Brexit, técnicos en seguridad e inteligencia de la UE y sus colegas británicos estudian discretamente opciones viables que suavicen la situación. Una posibilidad que por ahora sólo se ha puesto sobre el tapete es que el Reino Unido estuviese en una situación inspirada en la actual de Noruega. Es decir, que sin pertenecer a la UE quedase integrada en ella en lo que respecta a la seguridad contra el terrorismo.
Los británicos serán los más perjudicados por la desconexión con la UE en materia de seguridad