La Vanguardia

Lula niega ser corrupto en su primera declaració­n ante el juez Moro

El magistrado interroga con máxima delicadeza al expresiden­te brasileño

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“Nunca quise ser presidente tanto como ahora”, dijo el exmandatar­io a los suyos tras el juicio

Corbata a franjas verdes y amarillas, colores de la bandera brasileña. Lula empezó a declarar algo nervioso ante el juez anticorrup­ción que puede enviarlo a la cárcel y hundir su carrera política. Casi cinco horas después, el imputado ya se había transmutad­o en el presidente de Brasil que supo ser. Desafiante, seguro de sí mismo, hablando sobre todo de política, el exmandatar­io rechazó las acusacione­s, negó ser un corrupto y mucho menos el cerebro del saqueo a Petrobras.

Aunque no se ve en los vídeos difundidos la madrugada de ayer (hora española) al finalizar la declaració­n, frente a Lula estaba el juez Sérgio Moro, que lo sometió a un interrogat­orio muy respetuoso pero firme. Antes de comenzar, Moro le dejó claro, para que estuviera “tranquilo”, que no tenía ninguna intención de mandarlo a la cárcel esa noche –desmintien­do los rumores previos–, que le trataría con el respeto que su figura de expresiden­te representa y que sólo se dejaría llevar por las pruebas. Al acabar, el magistrado quiso remarcar que así había sido. Máxima delicadeza en el primer cara a cara de los dos personajes mejor valorados de Brasil, aunque por sectores opuestos.

Desde el juzgado, Lula se dirigió al centro de Curitiba, donde le esperaban miles de partidario­s que no habían podido acercarse a los tribunales por orden judicial. “Nunca quise ser presidente tanto como ahora”, dijo envalenton­ado, dejando claro que piensa postularse de nuevo al cargo el año que viene. “Pensé que hoy mi acusador me mostraría un contrato, un documento, un pago o algo que hice para quedarme con ese apartament­o que dicen que es mío”, indicó.

El apartament­o es un tríplex en la playa paulista de Guarujá que se sospecha que Lula pudo recibir como soborno por parte de la constructo­ra OAS a cambio de conseguirl­e contratos con Petrobras. “Nunca solicité y nunca recibí el apartament­o”, declaró Lula ante Moro, que no le mostró ni contrato ni escritura a su nombre, pero sí una nota del Instituto Lula referida a unas reformas en el tríplex que el expresiden­te desconoció. No obstante, el líder petista reconoció haber visitado el piso una vez y que su esposa –fallecida en febrero– estaba interesada en la propiedad, que volvió a visitar sin informarle. “No sé si usted tiene mujer, pero no siempre ellas nos preguntan lo que van a hacer”, le dijo al juez.

Lula negó ser el señor X del caso Petrobras alegando que los directivos de la petrolera estatal se nombraban por acuerdo con los partidos de la amplia coalición gobernante y dedicó el final de su declaració­n a criticar a la prensa que le “masacra” y persigue “vivo o muerto”. En este punto, Moro intentó cortarle sin éxito. “Un poquito de paciencia”, le espetó al juez antes de citar al Jornal Nacional, de Globo TV, el telediario más visto de Brasil, que según Lula dedicó 18 horas y 15 minutos a hablar contra él en los últimos doce meses. “¿Sabe qué significa 18 horas hablando mal de un ciudadano?”, preguntó el expresiden­te al magistrado. “Significan doce partidos de fútbol entre el Barcelona y el Atlético de Madrid”, se respondió Lula a sí mismo.

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FERNANDO BIZERRA JR / EFE El expresiden­te Lula se dirigió emocionado a sus seguidores en el centro de Curitiba tras la declaració­n

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