Puigdemont hará una “oferta flexible” sobre la consulta
El president está dispuesto a acordar la fecha con Rajoy
El último intento de Carles Puigdemont de negociar la celebración de la consulta con Mariano Rajoy se basará en una “oferta flexible” a partir del resultado de los trabajos del Pacte Nacional pel Referèndum. Una “oferta flexible” que pasará por volver a poner sobre la mesa la negociación de todos los términos de la consulta –fecha, pregunta, mayorías, implementación del resultado– y la posibilidad, por tanto, de modificarlos, en el sentido por ejemplo de retrasar la fecha, en el supuesto de que el pacto fuese efectivamente factible.
Después de que en la última asamblea de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) anunciara su intención de plantear una nueva y definitiva propuesta sobre el referéndum al presidente del Gobierno español, el presidente de la Generalitat avanzó ayer algunos de los detalles en que la cimentará en un almuerzo coloquio organizado por Sobirania i Justícia, la plataforma independentista que impulsó el exconseller de Justícia Agustí Bassols. En concreto, esgrimirá los apoyos que recabe el Pacte Nacional pel Referèndum una vez finalice sus trabajos para justificar la necesidad de llevarlo a cabo y propondrá una negociación abierta, sin renuncias previas, en la que sea posible, llegado el caso, acordarlo todo. Y como muestra de su voluntad en esta línea dejó claro que no anunciará la fecha y la pregunta hasta haber realizado este último intento negociador, para que el Gobierno español tenga la oportunidad de plantear sus propias propuestas. En todo caso, reiteró que se conocerán “antes de marchar de vacaciones” y precisó que, de ser negativa la respuesta, el Govern seguirá adelante con una convocatoria unilateral porque “iremos a la segunda parte del referéndum o referéndum”.
Lo que no concretó Carles Puigdemont fue el formato con que hará llegar su último planteamiento a Mariano Rajoy –si la solicitud de una nueva entrevista, si una conferencia alternativa a la denegada en el Senado–, pero sí que le apuntó algunos aspectos a tener en cuenta de cara a la posible negociación. Por un lado, le avisó de que la única manera de evitar que la consulta se celebre el mes de septiembre será “dialogar y pactar otra fecha”, porque dio por hecho
El último intento de negociación esgrimirá el resultado del trabajo del Pacte Nacional pel Referèndum
El jefe del Govern ve “impecable” el proceso de compra de urnas: “No hay base jurídica” para una querella
que nada ni nadie podrán impedirla. Por otro, sostuvo que lo que dará validez al referéndum no será el hecho de que sea acordado o no, sino la participación, que, sin cuantificarla, consideró que debería ser “sustantiva”. Y, aún por otro, instó al Gobierno español a convertirse en “parte de la solución” y dejar de ser “parte de un problema”, el de la inflexibilidad del Estado respecto a las demandas de Catalunya, que denunció que hoy haría imposible que Josep Tarradellas “pudiera bajar del avión, porque la ley no lo permitiría”.
El presidente de la Generalitat descartó por completo, en este escenario, la alternativa de unas elecciones autonómicas y se desmarcó, al menos de momento, de la declaración unilateral de independencia, para no dar la sensación de que la prioridad no es el referéndum. Y, de acuerdo con este principio, defendió el proceso de compra de urnas iniciado por el Govern, que remarcó que es “impecable y escrupuloso con la ley, clavado al que hizo Andalucía”, y que utilizó para poner en tela de juicio la querella que prepara la Fiscalía: “La Fiscalía sabrá lo que hace, tendrá que argumentarlo muy bien, y el Consejo de Ministros decidirá si lo recurre, porque saben que no hay base jurídica”.