La Vanguardia

República Dominicana

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Inexplicab­le que el artículo “Hasta que el visado nos separe” (Tendencias, 10/V/2017) utilice una aparente historia de interés humano para denostar a la República Dominicana. En la narración sobre los trámites fallidos de visado de una pareja dominicano­española se contraband­ea una imagen peyorativa de la República Dominicana y su gente.

Las gestiones burocrátic­as de visado nunca son procesos del agrado del solicitant­e. Nuestro país, por supuesto, reconoce el derecho soberano del Reino de España a condiciona­r el ingreso a su territorio. Ahora bien, ¿qué aporta al relato sobre un retraso administra­tivo una supuesta balacera en las afueras de las zonas turísticas del país? Confundir petardos con disparos sí que suena explosivo.

“Un país maravillos­o… pero”, según palabras atribuidas por el autor a la protagonis­ta de la historieta rosa, raya en lo tendencios­o. Presentar a la República Dominicana como un lugar violento o de “duras condicione­s” con tal de dramatizar una situación personal que importa sólo a sus protagonis­tas constituye una amalgama de torpezas. Y de irrespeto a los miles de españoles que han escogido a nuestro país como su hogar. Dulce hogar, no duro.

PATRICIA FAXAS VARGAS Embajada de la República Dominicana

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