Cuando Cristiano manda callar
El portugués pidió silencio al Calderón, pero nadie se ha escandalizado
El 13 de octubre de 1999 Raúl González mandó callar al Camp Nou y aquella imagen se convirtió en icónica en el madridismo. El miércoles, en el Vicente Calderón, Cristiano Ronaldo, otro 7 blanco, hizo lo mismo con el público colchonero y nadie se está rasgando las vestiduras. Ni se le acusa de provocador ni ha salido ningún entrenador, ni rival ni directivo para decir que se trata de una actitud antideportiva y posible generadora de violencia. El portugués se llevó el dedo a los labios para pedir silencio a la grada del Manzanares tras el gol de Isco. Segundos después el malagueño se llevaba ambas palmas de las manos a las orejas y sacaba la lengua. Según él para celebrar su tanto con los 2.400 seguidores del Real Madrid presentes en el estadio.
Por mucho menos los jugadores del Barcelona tuvieron que soportar que se les tildara de teatreros y provocadores. Fue esta temporada tras vencer en Mestalla en el último minuto. Los barcelonistas festejaron mirando a la grada y llovieron algunos objetos. Días más tarde el propio presidente de la Liga, Javier Tebas, criticaría a los barcelonistas, lo que llevó a la directiva blaugrana a romper relaciones con el mandatario.
Pero cuando manda callar Cristiano no se producen reacciones en tromba. El delantero también tuvo un rifirrafe con Fernando Torres, al que acabó espetando: “Para casa, tonto”.
Al final del encuentro los futbolistas del Atlético regresaron al césped para agradecer el apoyo de los seguidores que permanecían en sus localidades. Pues bien, acto seguido aparecieron también los jugadores blancos para continuar con su fiesta particular. Nacho desplegó una bandera del Madrid y la posó sobre el césped del Calderón. Fue una respuesta a un gesto similar protagonizado por Koke en el Bernabeu en la final de la Copa del 2013 que ganó el Atlético. “No fue para ofender a nadie”, se justificó ayer el defensa del Madrid. Aquí paz y después gloria.
El día que el Barça venció en Mestalla se armó la marimorena y Tebas acusó a los blaugrana de fingir