La grave amenaza del cibercrimen
EL ciberataque masivo que recibieron ayer grandes empresas de todo el mundo, también de España –principalmente Telefónica–, provocó una alerta general para activar los sistemas de protección mientras se ponían en marcha acciones para bloquearlo. Este ciberataque masivo, al parecer procedente de piratas informáticos de China, se realizó a través de un virus malicioso, de tipo ransomware, que bloquea los ordenadores y solicita el pago de un rescate, mediante una transferencia, para desbloquearlos. En los últimos dos años este tipo de cibera taques se han multiplicado, pero, en esta ocasión, se han dirigido a los ordenadores de los empleados de grandes compañías para amplificar el radio de acción a través de las redes corporativas.
La primera acción de defensa que recomienda el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) es que no se abran nunca, y menos en estos días, archivos adjuntos que lleguen en correos de usuarios desconocidos o que no se hayan solicitado, y que se eliminen directamente sin contestarlos. Asimismo advierte que no se pague para recuperar el ordenador, ya que se trata deciber delincuentes y no existe garantía alguna de recuperar los datos una vez efectuado el pago.
En esta ocasión, según informó el Gobierno, el ataque masivo contra varias empresas no parece haber afectado, al menos por el momento, a los servicios de los millones de clientes de las empresas atacadas, así como tampoco a la seguridad de los datos. Pero el ataque de ayer es un serio aviso que hay que tomar en consideración.
Ante los crecientes riesgos que supone el cibercrimen internacional, cada vez más organizado y en manos de mafias poderosas, es urgente incrementar el nivel de concienciación sobre la necesidad de una mayor protección, tanto a nivel de administración como de empresas y de ciudadanos, ya que todo aquel que está conectado a la red es susceptible de ser atacado, tanto desde el ordenador como desde la tableta, el teléfono móvil o cualquier otro artilugio.
La amenaza latente es grave. Los riesgos de la ciberdelincuencia, como advierten los expertos, superan ya el mundo virtual e inciden directamente en el mundo físico, ya que todos los sistemas, desde la banca hasta los medios de pago, la telefonía, e incluso el agua, la electricidad o los transportes, como trenes o aviones, tienen unos niveles de automatismos muy centralizados que pueden ser atacados desde cualquier parte del mundo. Ayer mismo sufrió un también severo ciberataque el sistema sanitario británico. Los países, por tanto, deben protegerse para evitar escenarios que podrían llegar a generar, en casos extremos, situaciones graves de caos e incluso con pérdida de vidas humanas.