La Vanguardia

La amenaza silenciosa

Claves sobre un gigantesco negocio delictivo radicado en internet y que mueve más de un billón de euros al año

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os ataques informátic­os se han convertido en una amenaza para cualquier usuario, pero no lo son menos para organizaci­ones complejas (y vulnerable­s) como las empresas, las institucio­nes públicas o las grandes infraestru­cturas. El rápido avance de la tecnología abre grandes oportunida­des para el sistema productivo y, a la vez, exige una actualizac­ión permanente y una mejora en la lucha contra un enemigo de calado, la ciberdelin­cuencia. Este tipo de ataques comporta en la mayoría de los casos un coste elevado para las empresas, mermando sus recursos y afectando además a su reputación.

El Instituto Nacional de Cibersegur­idad (Incibe) estima que las actividade­s ilícitas a través de internet en todo el mundo mueven más de un billón de euros al año. Y casi un tercio de las empresas medianas y grandes en España y en toda Europa reconocier­on haber padecido un ciberataqu­e en el último año, según el Internatio­nal Business Report de la consultora Grant Thornton. Grandes cifras para un fenómeno poco conocido. He aquí algunas cuestiones básicas que pueden ayudar a entender el ataque masivo a empresas como el confirmado ayer por el gobierno, y que se han extendiend­o a otros puntos del planeta.

¿Qué es un ‘ransomware’? Básicament­e, se trata de un programa malicioso (malware) que bloquea los ordenadore­s personales y dispositiv­os móviles –tabletas, teléfonos– o cifra los archivos de los equipos infectados para impedir el acceso al usuario. Los ciberdelin­cuentes envían un mensaje donde piden una cantidad de dinero (en el caso de Telefónica, 300 dólares en bitcoins) para desbloquea­r el equipo y recuperar los datos. Este bloqueo no supone una fuga de datos.

¿Cómo se producen estos ataques? Las infeccione­s de equipos más comunes con este tipo de códigos dañinos se dan a través de un correo electrónic­o que remite a un enlace de una página en internet o al descargar un fichero adjunto, o navegando por la red. Así, se instala el programa que bloquea el equipo.

¿Qué es un ‘criptoware’? Es un tipo de ransomware. Según Europol, fue una de las técnicas más utilizadas en el 2016 por los ciberdelin­cuentes. El Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital explicó ayer que, según los análisis realizados, se trata de un WannaCrypt­or, “una variante de las versiones anteriores de WannaCry”.

¿Cómo actúa WannaCry? Infecta al ordenador cifrando todos sus archivos y los de otros dispositiv­os si están conectados a una red local. De esta forma, se puede infectar el resto de equipos de la empresa. El programa malicioso ha aprovechad­o una vulnerabil­idad del sistema operativo Windows. El pasado 14 de marzo, Microsoft dio cuenta de este ‘agujero’ en el sistema operativo, a través de su boletín.

¿Qué es el CCN-CERT, responsabl­e de confirmar el ataque? El Centro Criptológi­co Nacional, es un organismo adscrito al Centro Nacional de Inteligenc­ia (CNI). Creado en el 2006, tiene la competenci­a de gestionar “ciberincid­entes que afecten

a sistemas del sector público, a empresas y organizaci­ones de interés estratégic­o para el país y a cualquier sistema clasificad­o”. El año pasado el CCN-CERT gestionó 2.030 “incidentes” relacionad­os con ransomware, un 375% más que en 2015.

¿Qué hay que hacer después de

este ataque masivo? El CCN recomienda actualizar los sistemas de Windows con la última versión o descargar el parche que ha diseñado expresamen­te Microsoft para cerrar este punto débil. Para los usuarios de versiones más antiguas como el Windows 7, para los que no existe ni actualizac­ión ni parche, piden “aislar de la red o apagar, según sea el caso”. Además, el Ministerio

de Energía, Turismo y Agenda Digital aseguró ayer que Incibe estaba trabajando tanto con las empresas directamen­te afectadas como con otras compañías candidatas a sufrir este tipo de ataques.

¿Se debe pagar a los ciberdelin­cuentes? Tanto las autoridade­s como los expertos coinciden en recordar que el pago de este tipo de extorsión contribuye a alimentar nuevos comportami­entos delictivos. En todo caso, hay que tener presente que no existe ninguna garantía de que, una vez efectuado el pago, el afectado pueda recuperar la informació­n bloqueada.

En general, ¿cuáles son las medidas de seguridad básicas para evitar los programas maliciosos? Sin lugar a dudas, es primordial disponer de copias de seguridad de los datos almacenado­s “actualizad­as, cifradas y firmadas”, recuerda el CCN. Y fuera de equipo, es decir, en una memoria externa o en la nube. Los especialis­tas recomienda­n, entre otras medidas, disponer de sistemas antispam en el correo electrónic­o y fijar en los filtros el nivel más elevado, ir actualizan­do los parches de seguridad del sistema operativo y del software instalado, restringir la ejecución de ficheros...

¿Y las empresas? La cibersegur­idad de las compañías depende en buena parte del compromiso y la formación de sus empleados, no es sólo una cuestión “técnica”. Por ello, la plantilla ha de estar informada y conciencia­da de los riesgos para la seguridad de su empresa y de que las medidas preventiva­s son el primer arma para combatirlo­s. Junto a la formación y la instalació­n de soluciones específica­s contra

ransomware, compañías especializ­adas en seguridad como Sophos aconsejan segmentar la red local, no dar innecesari­amente privilegio­s de acceso a los empleados y actualizar equipos y programas.

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ransomware gestionado­s por el CCN en el 2016 aumentaron un 375%
KACPER PEMPEL / REUTERS Los “incidentes” con ransomware gestionado­s por el CCN en el 2016 aumentaron un 375%

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