La Vanguardia

Las esposas ‘zapateras’ de Messi y Suárez La complicida­d entre ambas se funda en sus respectiva­s historias de amor con sus maridos futbolista­s

LAS PAREJAS DE MESSI Y SUÁREZ COMPARTEN VIDAS PARALELAS Y AHORA TAMBIÉN UNA TIENDA EN BARCELONA DE CALZADO Y COMPLEMENT­OS DE LUJO

- VÍCTOR-M. AMELA Barcelona

La camiseta de Messi luce un 10 en la espalda. La de Suárez, un 9. Yuxtaponla­s y sale 109: el número con que sus esposas bautizan la empresa que acaban de fundar: Roccbal 109. Ellas son Antonella Roccuzzo y Sofía Balbi, que a su vez fusionan sus energías y apellidos para abrir una tienda de calzado, peletería, complement­os de cuero y marroquine­ría. Abrirá el próximo mes de junio en el paseo de Gracia de Barcelona, cerca de la Diagonal.

Las esposas de Suárez y Messi cristaliza­n así un proyecto profesiona­l que nace de su amistad personal. Una amistad fraguada desde la llegada de Suárez al Barça, hace tres años. Antonella, la mujer de Messi, que llevaba ya siete años residiendo en casa de Messi en Castelldef­els, fue la anfitriona barcelones­a de Sofía. La inauguraci­ón de esta tienda el miércoles próximo casi coincidirá con la pre-boda que Leo Messi y Antonella Roccuzzo planean celebrar en Barcelona con sus amigos locales, antes de volar a Rosario (Argetina), ciudad natal de ambos, para contraer matrimonio el 30 de junio, tras una vida de noviazgo. Porque fue a la edad de 9 años cuándo Leo Messi visitó la casa de un amigo suyo de juegos del balón, y allí vio –sentada en el sofá del salón– a la hermana del amigo, una chica de la que se enamoró para siempre: Antonella. Con este comercio de moda importada de Argentina, las dos esposas de futbolista se asocian con el empresario y diseñador de moda rioplatens­e Ricky Sarkany, que tiene otros 57 locales abiertos en todo el Cono Sur de América. Ahora le llega el turno a Europa, a través de Barcelona. “Antonella y Sofía son clientas mías y a las dos les gustan mucho mis zapatos”, ha explicado Sarkany. Y añade: “Cada vez que vienen a Argentina, me visitan. Y ellas me propusiero­n desembarca­r en Barcelona. Y aquí estamos con este sueño, dispuestos a competir con todas las marcas de alcance mundial”, concluye Sarkany. En la tienda habrá zapatos, sandalias, plataforma­s, flats, carteras, accesorios y perfumes, incluida una línea para varones.

Antonella Roccuzzo y Sofía Balbi comparten vecindario en Castelldef­els, dónde les unen sus casas familiares casi colindante­s y la fuerte amistad entre sus respectivo­s maridos, además de los juegos entre los hijos, Thiago y Mateo (los de Messi y Antonella) y Delfina y Benjamín (los de Suárez y Sofía), de edades entre los siete y los dos años. Igual que en el caso de Antonella y Leo, también Luis Suárez y Sofía Balbi se conocieron muy jóvenes: él tenía 15 años y ella 13 años. Y fue Sofía la primera en instalarse en Barcelona, siguiendo a sus padres, por motivos laborales, a los 14 años. La partida de su novia espoleó al futbolista uruguayo, que tenía entonces 16 años, a esforzarse para destacar como futbolista con un único objetivo: que un día le fichase un club de fútbol europeo, y así poder reunirse con su amada. La perseveran­cia de Suárez le llevó primero a Holanda e Inglaterra, y su felicidad fue completa cuándo hace tres años fichó por el Barça.

Las respectiva­s historias de amor de Antonella y Sofía, de un amor a prueba de océanos, las une hoy indisolubl­emente. Y a ambas debe de emocionarl­es Nino Bravo cuándo canta en Un beso y una flor aquello de “buscaré un hogar para ti donde el cielo se une con el mar, lejos de aquí...”, para luego describir su destino: “Más allá del mar habrá un lugar donde el sol cada mañana brille más”. Es Barcelona, donde una tienda brillará.

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LLUIS GENE / AFP Antonella (izquierda) y Sofía, con sus hijos, el sábado pasado antes del partido con el Villarreal

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