“Es tan silencioso que lo más complicado es evitar atropellos”
El temario de formación de los conductores de vehículos de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona ha incorporado un apartado totalmente innovador: cómo evitar atropellos. La falta de ruido de las furgonetas eléctricas de la flota municipal ha provocado más de un susto a peatones que se ven sorprendidos por la espalda.
“Hay que ser conscientes de que ahora somos silenciosos; antes, en cambio, había que ir con cuidado al aparcar en la acera porque ahogábamos a la gente con todo lo que salía por el tubo de escape”, rememora Julián de Andrés, encargado de sector de Urbaser, una de las empresas encargadas del servicio de recogida de basuras en Barcelona. Su recuerdo del pasado y la comparación con el presente ponen de relieve los avances que supone el vehículo eléctrico: menos emisiones y una contaminación acústica nula. A ello le suma el ahorro en combustible y la facilidad de manejo.
“Es un cubo de basura con ruedas”, resume de Andrés de manera gráfica, muy satisfecho con las furgonetas Nissan que han incorporado hace poco a la flota y que han aumentado la autonomía de las anteriores. El servicio de recogida de basuras fue de los primeros en apuntarse a la movilidad eléctrica y ha experimentado en sus propias carnes las mejoras de un aspecto fundamental: la autonomía. Con las baterías que tienen ahora ya sí que pueden cubrir perfectamente un servicio de siete horas por el distrito de Sant Martí y el frente marítimo. Cuando acaba la jornada laboral enchufan las furgonetas a los puntos de recarga instalados en su base del Fòrum y el siguiente turno ya se las encuentra a punto para volver a salir a la calle, vigilando, eso sí, que no se le cruce algún despistado por delante.