“He perdido viajes al aeropuerto, pero el ahorro en gasóleo lo compensa”
Después de todo el día recorriendo las calles de Barcelona, a Jaime Camós se le subió un cliente para ir al aeropuerto y le tuvo que decir que se bajara. No le quedaba suficiente autonomía para llegar hasta El Prat y volver luego a casa. “El taxi no planifica, no sabes adónde irás, y eso es un problema”, reconoce, aunque acto seguido deja claro que “los beneficios de pasar al eléctrico lo compensan”. Su facturación no se ha visto mermada con el cambio.
Se planteó comprarse un híbrido, pero al final vio que acabaría en la gasolinera cada dos por tres. Recarga cada noche en su garaje. Tiene calculado que se gasta unos 30 euros al mes en la factura de la luz frente a los 300 que se dejaba en gasóleo. “Y cambios de aceite no tienes que hacer, el embrague no se desgasta, la correa de distribución...”, repasa Camós en la lista de ventajas del Nissan Leaf que conduce desde hace un año. También hay aspectos más livianos, como el hecho de poder llevar la radio al mínimo y escucharla.
El suyo es uno de los 25 taxis 100% eléctricos que hay registrados en el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB). Entre ellos han creado un grupo de WhatsApp para avisarse de los puntos de recarga que están libres y compartir inquietudes. La principal reivindicación que se comenta en el grupo es la necesidad de habilitar espacios de recarga exclusivos para taxis. “El de paseo de Gràcia lo aprovechan particulares para aparcar toda la tarde e irse de compras”, denuncia Camós. La ubicación de los puntos de recarga es otra de las batallas que tienen. Si se instalaran en las paradas de taxi que hacen esquina y en las parrillas, quizás no tendría que renunciar a una carrera al aeropuerto.