El programa de Díaz
Medida estrella de la candidata: créditos de 24.000 euros para un millón de jóvenes
A cuatro días de las primarias, Susana Díaz presenta el programa de su candidatura.
Ya hace casi ocho meses que Pedro Sánchez fue sacrificado en el altar mayor del PSOE. Y han pasado también dos meses desde que Susana Díaz oficializó, al fin, su aspiración de tomar las riendas del partido. Pero la presidenta de Andalucía no presentó hasta ayer, a la carrera y ya a cuatro días apenas de la cita con las urnas, sus “propuestas de futuro”. Es decir, el programa político, económico y de modelo de partido con el que confía en ganar las primarias del domingo.
“Se han manejado muy mal los tiempos; se dio por hecho la victoria, pero la recogida de avales demostró que no había nada ganado de antemano”, admite un dirigente que en esta guerra apoya a Díaz como única solución. Así que la candidata andaluza se tuvo que poner las pilas y organizar de prisa y corriendo una campaña de emergencia para recuperar el terreno y el tiempo perdido. Y ganado por Sánchez.
Díaz, escoltada por Máximo Díaz Cano, se presentó ayer en la agrupación socialista de Fuencarral –capitaneada por su leal Juan Segovia–, arropada por Eduardo Madina, Pilar Alegría, José Cepeda y el líder de Juventudes Socialistas, Nino Torre, entre otros dirigentes afines. Y esbozó a la carrera, antes de salir volando hacia Euskadi –donde, con todo el aparato volcado con Patxi López, no logró cosechar ni cien avales–, las líneas maestras de su programa para reconstruir un PSOE “moderno, atractivo, abierto, participativo y coherente con sus propuestas”. Su gran objetivo es “transmitir seguridad y esperanza”. Justo lo que, a su juicio, no puede ofrecer Sánchez. “Para construir algo nuevo no hay que arrasar los cimientos de nuestro partido, sino poner en valor el legado y actualizarlo. No valen recetas del pasado ni lamerse las heridas, nada se puede construir desde el rencor y el resentimiento”, atizó a Sánchez.
Entre sus propuestas de última hora, destacó “una iniciativa radicalmente distinta”. La medida estrella es una “renta garantizada para jóvenes”: créditos del Estado de 24.000 euros, sin intereses, para que más de un millón de jóvenes, en el plazo de seis años, puedan completar sus estudios de postgrado o formación académica suplementaria, y afrontar su salto al mercado laboral o del emprendimiento. El joven devolvería el crédito, cuando tenga ingresos, a través de la liquidación del IRPF, durante 10 a 20 años. El coste para las arcas del Estado sería de 1.000 millones de euros anuales, pero Díaz precisó que no afectaría al déficit público, ya que se compensaría con el aumento de la recaudación fiscal.
La propuesta fue inmediatamente criticada por sus dos adversarios. “Es una oferta electoral muy americana y liberal en su planteamiento y, por tanto, no la comparto”, descartó Patxi López. Sánchez coincidió plenamente: “Hablar de becas o posgrados como si fueran hipotecas es repetir modelos fracasados de corte liberal”, ya ensayados en Estados Unidos y que suponen un “endeudamiento para los jóvenes”.
El programa de Díaz circunscribe su modelo territorial a la declaración de Granada del 2013, con una reforma constitucional “consensuada”: “La respuesta socialista tiene que ser capaz de resolver el descontento y la deriva independentista que vivimos basándose en el reconocimiento pleno de las singularidades de las distintas nacionalidades y regiones”, reza el documento. Aquí no caben inventos: “Si algo tienen claro los españoles es la idea que tengo de España”, se felicitó Díaz. “Un socialista en España sólo entiende dos estados: el español y el del bienestar”, zanjó. Su plan de infraestructuras apuesta a su vez por hasta cinco corredores ferroviarios: mediterráneo, central, atlántico, cantábrico-mediterráneo y atlántico-mediterráneo.
Y, en el modelo de partido, Díaz defiende equilibrios de poder y que la elección directa del líder por primarias no le transfiera “un plus de poder para imponer decisiones”. También regular las consultas a la militancia, pero a instancias de los órganos colectivos. O que la vida de una gestora expire en un máximo de nueve meses. Justo lo que durará la que ahora dirige Ferraz.
Los rivales, Sánchez y López, descalifican la principal propuesta de la líder andaluza por su “corte liberal”