El Reino Unido desautoriza ceder datos de pacientes a Google
El National Data Guardian (NDG) –la agencia gubernamental británica encargada de velar por la salvaguarda de los datos de los pacientes del sistema británico de salud (NHS)– mandó un correo electrónico el mes de febrero pasado a Deep Mind –la empresa de inteligencia artificial propiedad de Google– y al NHS en el que calificaba de “inapropiados” algunos de los términos legales del acuerdo entre estas dos organizaciones. Este acuerdo establecía la cesión de los datos de 1,6 millones de pacientes de algunos hospitales a Deep Mind, para que esta pudiera usarlos en las pruebas que realizaba para desarrollar Streams, una aplicación que debe servir para diagnosticar problemas hepáticos.
La oposición del NDG se basa en que las leyes británicas establecen que para que la cesión sea legal hay que pedir el consentimiento explícito de cada paciente, cosa que ni los hospitales ni Deep Mind hicieron. Sólo se entiende que puede existir un consentimiento explícito si la cesión de la información va destinada a mejorar la atención directa de los pacientes. Como Streams estaba en fase de pruebas, en el momento en el que los datos fueron transferidos, el NDG cree que no se puede considerar que la información de los pacientes se usara con este propósito, y por tanto su cesión no se ajustaría a la ley.
Por su parte, la filial de Google argumenta que antes de poder tratar a los pacientes con la ayuda de cualquier aplicación es necesario hacer muchas pruebas, para las cuales se necesitan datos, y por tanto, como el resultado final sí que es mejorar la salud de los enfermos, la transmisión de información personal del NHS a Deep Mind sí sería legal.