Palermo y Puerto Madero, el Buenos Aires más ‘trendy’
Un frenesí sin medida inunda las calles de dos de los barrios más cool de Buenos Aires. Tango, arquitectura, vino, asados y compras en una de las ciudades más míticas del mundo. Palabras mayores.
Seducir, embaucar, cautivar. Son muchos los verbos que se pueden utilizar para definir esa acción persuasiva gracias a la que, poco a poco, Buenos Aires va ganando terreno en nuestros corazones. La puesta en marcha ininterrumpida de nuevos hoteles, restaurantes o galerías es un excelente testimonio de la creatividad sin fin de los porteños. Todas las novedades, mezcladas con sus centenarios cafés y hermosas avenidas, hacen de Buenos Aires uno de los destinos más atractivos del mundo. Hay que reconocer que pocas ciudades se reinventan tan bien como la que hoy visitamos.
Palermo, el barrio de moda
Una perfecta muestra de esto es lo que está sucediendo en zonas como Palermo, uno de los barrios más trendy de la capital, un foco de tendencias en plena efervescencia del que resulta imposible apartar la vista. En realidad, apartar cualquiera de los cinco sentidos. Y, precisamente, con mucho sentido y mucha sensibilidad es como hacen las cosas en la primera y obligatoria parada que hay que hacer en Palermo,
Casa Cavia (casacavia.com). Esta preciosa casa de dos plantas, del año 1927, es un clásico edificio reconstruido como un complejo, con restaurante, cafetería, bar, jardín, librería y hasta una floristería. Todo ello en un impresionante espacio precursor de la nueva estética de diseño de Buenos Aires: un contexto moderno que rezuma un irresistible aire vintage que lo hace único, formado por techos altos, puertas arqueadas y muebles de inspiración Art Déco por donde pasear, perderse y volverse a encontrar. O no.
Por lugares como Casa Cavia, hoteles como Legado Mítico (legadomitico.com) o L’Hotel
Palermo (lhotelpalermo.com) o restaurantes como Sipan (sipanrestaurants.com), uno de los peruanos de moda de la ciudad, donde sirven el mejor cebiche, Palermo representa hoy el sumun de lo chic. Olvidada queda ya la mala fama de este barrio, donde hoy se da cita lo más granado de la sociedad porteña, desde artistas a actores, escritores o, simplemente, bohemios de la vida en busca de un lugar donde ser felices. Casas bajas, calles empedradas, mensajes filosóficos en las paredes y mucho estilo es lo que desprende este distrito dividido en Palermo Soho, que recuerda notablemente a su homónimo en Nueva York –e incluso al Chelsea más londinense–, y Palermo Hollywood, un poco más aburrido que su vecino y plagado de estudios creativos y productoras de cine y publicidad. Tanto Legado Mítico como L’Hotel Palermo, dos de los alojamientos con más estilo del barrio, están ubicados en la zona de Palermo Soho y bien rodeados por numerosos restaurantes y tiendas, por donde resulta imprescindible dejarse caer. En el caso de Legado
Mítico, se trata de un hotel con aires gauchos, enraizado en mitad de una idílica calle repleta de árboles, que representa la esencia más purista de Argentina: caoba, cuero, libros y camas mullidas, donde el descanso del viajero está más que garantizado. Tradicionales tonos oscuros y un completísimo desayuno, en el que hay que probar sus tradicionales facturas (pastelería), hacen de este hotel un refugio refinado donde alojarse en Palermo. Al igual que lo es, aunque de un estilo completamente diferente, L’Hotel Palermo. Como si de una pequeña mansión francesa se tratara, este hotel puede presumir de muchas cosas, pero, sobre todo, de ser uno de los alojamientos más idílicos de la ciudad. Su estilo provenzal, su aire naíf y su precioso jardín secreto (el más grande de todo Palermo Soho) hacen el resto. Y como cada detalle cuenta, en las camas de sus solo nueve habitaciones encontraremos suaves sábanas de cuatrocientos hilos de algodón egipcio. L’Hôtel Palermo se encuentra a escasos cien metros de la plaza
Serrano, una pequeña plaza justo en el centro de Palermo Soho, plagada de vida y belleza y convertida en uno de los lugares preferidos por los viajeros atraídos por la moda en Buenos Aires. Como también lo es la fabulosa tienda
Panorama (pnrm.com.ar), especializada en diseño local de moda y complementos,
donde encontrar prometedoras marcas argentinas, como los bolsos de suave cuero de LE_ BAS o los vestidos de tejidos orgánicos tejidos a mano de Maydi.
Hay quien dice que el exceso de belleza da hambre, aunque, si esto ocurre, estamos en la mejor ciudad y en el mejor barrio donde solucionarlo, comiendo, por supuesto, un rico asado. Nadie a día de hoy pone en duda que la buenísima fama mundial de la carne argentina es totalmente merecida. Disfrutar un asado en Argentina no es comer un pedazo de carne en un plato. Aquí lo importante es el conjunto, el ritual: los cortes, la parrilla, el asador… Lomo alto, lomo bajo, matambre, bife, etc. Estamos, definitivamente, en el paraíso de los carnívoros, estamos en La Cabrera (lacabrera.com.ar), una de las parrillas con mayor fama de todo Buenos Aires. Incluido en el
ranking como uno de los mejores restaurantes de Latinoamérica, La Cabrera ofrece –además de una larga lista de espera, de ahí que sea imprescindible reservar– un servicio de calidad, un auténtico ambiente porteño y, cómo no, excelentes cortes de carnes y deliciosas guarniciones. Y si la cena se alarga hasta altas horas de la noche, aquí no hay mayor problema, ya que muy cerca se encuentran numerosos clubes de copas donde vivir la joven e imprevisible noche porteña. En Duarte, por ejemplo, el popular bartender Agustín Bertero sirve sugerentes propuestas en forma de cóctel, de las que resulta casi imposible disfrutar solo una. Lo dicho, la noche es joven.
Lujo y diseño en Puerto Madero
Abandonamos Palermo para recalar directamente en otra de las denominadas zonas cool de la ciudad, Puerto Madero, un barrio que ha pasado de estar en el absoluto abandono a ser una de las puntas de lanza del diseño porteño e internacional.
Contrastes, diseño, acero, cristal… Dejamos a un lado la arquitectura de aires afrancesados tan característica del centro de Buenos Aires para asomarnos ahora a los rascacielos de Puerto Madero, la zona que ha modificado –para bien– el skyline de la ciudad. Y es que un lugar donde las calles rinden homenaje a mujeres de la historia argentina tiene que ser, inevitablemente, un buen lugar. El desarrollo urbano de Puerto Madero continúa siendo uno de los más importantes para Argentina en general, y está compuesto por más de tres kilómetros de muelles (conocidos como docks en la capital) y plagado de locales, restaurantes y museos. De estos últimos, uno de los más famosos es el Buque Fragata Sarmiento, todo un icono de la armada argentina, ubicado entre los llamados edificios inteligentes, entre lo antiguo y lo moderno, entre la tradición y la vanguardia, como toda la ciudad. Para entender un poco más la fisonomía de este barrio, a Puerto Madero se debe acceder cruzando el puente de la Mujer, firmado por el arquitecto español Santiago Calatrava, que une ambos lados de este viejo muelle en desuso; se trata de una recreación de una pareja bailando tango en una de las estructuras móviles más sofisticadas de toda América Latina. Y desde, más o menos, la mitad del puente, la panorámica de Puerto Madero es, simplemente, perfecta. Como perfecta es la oferta gastronómica, de ocio y de descanso que ofrece el Hotel Faena (faena.com), uno de los hoteles más vanguardistas y lujosos de la ciudad. La fachada del edificio es la primera de las sorpresas; un bastión de ladrillo de siete pisos que fue un antiguo almacén de grano de principios del siglo xx y que en su interior encierra los interiores más imaginativos, creados por el diseñador Philippe Starck. Aquí no existe recepción, sino que el cliente es recibido por un “generador de experiencias” que le da la bienvenida, sin poder apartar la vista de la piscina al aire libre, sexi y exclusiva, casi tanto como el hotel que la incluye. Su oferta gastronómica pasa por una visita imprescindible a su restaurante El Mercado –las empanadas son, simplemente, sublimes– y al espectáculo de tango más exclusivo y aplaudido de toda la ciudad, inspirado en los clubes de tango porteños de los años 20, que se celebra en un escenario de terciopelo rojo plagado de velas y candelabros de la poderosa, nadie lo pone en duda a estas alturas, Buenos Aires.