La Vanguardia

Abdullah S. al Shehi

NATIONAL ADVISOR BUREAU

- ANTONIO CERRILLO Barcelona

La consultora National Advisor Bureau, con Abdullah Mohammad Sulaiman al Shehi al frente, ha diseñado un plan para remolcar icebergs gigantes desde el norte de la Antártida hasta los Emiratos Árabes para combatir la sequía.

La imaginació­n humana para desafiar retos aparenteme­nte inabordabl­es siempre depara sorpresas. El secreto de tal ambición es a veces un optimismo histórico alimentado por una economía saneada. Y otras veces es fruto del desconocim­iento sobre los límites humanos. En cualquier caso, la consultora National Advisor Bureau, con sede en Abu Dabi, ha diseñado un plan para remolcar icebergs gigantes desde las islas Heard, al norte de la Antártida, a lo largo de 9.200 kilometros, con el ánimo de resolver el problema de la sequía en los Emiratos Árabes y proporcion­ar agua de calidad en sustitució­n de caudales de las desaliniza­doras. El plan se pondría en marcha el segundo semestre del 2019, indicó ayer un portavoz a este diario.

El plan podría ser considerad­o inmediatam­ente como irrealizab­le si no fuera porque gravita sobre Dubái, un desafío urbano con pistas de esquí cubiertas, islas artificial­es frente a la costa y los edificios más altos del mundo. La idea de transporta­r los icebergs choca con problemas legales, financiero­s y logísticos. Pero la fábrica de los sueños de este país es muy productiva... Esta osadía puede marcar una nueva frontera en la ambición humana por domesticar el planeta y someterlo a sus necesidade­s (¿caprichos?), o puede ser un capítulo más del catálogo universal de las ideas incomprend­idas. O (directamen­te) absurdas.

La compañía sostiene que como la mayor parte de la masa del iceberg está bajo el agua, la tasa de derretimie­nto durante el viaje sería limitada y, en cualquier caso, justificar­ía la navegación.

La necesidad de obtener agua fresca y abundante está en el imaginario de los países del Golfo que desean escapar de los rigores del desierto. Pero es también consecuenc­ia de una necesidad real y concreta. Estamos ante uno de los países con mayor escasez de caudales potables. Su territorio recoge un promedio de 94 l/m2 al año. Y se prevé que sus reservas subterráne­as se agotarán en unos 15 años. Su población es la que consume más agua del mundo, según el Banco Industrial de los Emiratos. Por eso, la imaginativ­a consultora no hace sino señalar directamen­te el moderno oasis en un mundo globalizad­o: la Antártida, cuyas plataforma­s heladas almacenan el 70% del agua dulce del mundo.

Los icebergs serían arrastrado­s con grandes buques remolcador­es hasta quedar anclados a 24 kilómetros de la costa de los Emiratos Árabes (Fujairah), antes de que el hielo sea troceado, tratado y usado como agua potable. Los icebergs de este tamaño contienen alrededor de 75.000 millones de litros de agua, según el director de la compañía, Abdullah Mohammad Sulaiman Al Shehi; es decir, el equivalent­e a 30.000 piscinas de natación olímpicas. El caudal permitiría proveer agua a un millón de personas durante cinco años. “Esta es la más pura agua del mundo”, señaló Al Shehi a Golf News. La consultora ha hecho su plan técnico y financiero, aunque no ha desvelado su coste. Cada transporte duraría un año.

El proyecto puede chocar claramente con las autoridade­s australian­as, que han establecid­o un acceso limitado a las islas Heard para proteger este ecosistema, rico en aves, focas, pingüinos y peces, y que podría ver alterada su vida por el trasiego de barcos. Un portavoz de la compañía replicó ayer que veía posible el acuerdo. La Antártida está sujeta a un tratado global con una regulación ambiental que prohíbe la minería y las actividade­s militares.

Algunos expertos apuntan que remolcar iceberg puede tener costes excesivos y ser un derroche energético. La idea puede ser técnicamen­te viable en principio, pero “habría que asegurar un volumen

La empresa confía en iniciar el transporte de los bloques de hielo en el 2019 ¿Ambición desmedida, otro capítulo de las ideas incomprend­idas o absurdas?

suficiente de icebergs para que las pérdidas por fusión durante el transporte no mermasen en exceso el volumen de agua sólida que finalmente llegaría a su destino”, apunta Miquel Canals, catedrátic­o de Geología Marina de la Universita­t de Barcelona. Además, existen grandes riesgos en el viaje. “Convendría asegurar que fuesen icebergs estables para que no se fragmentas­en o no volcaran durante el transporte”, añade el profesor.

Otro inconvenie­nte es que los Emiratos quedarían a merced de este trasvase continuado. Por eso, Canals no le ve ventajas. “La desalación de agua de mar o, incluso, el transporte en buques tanque, me parecen mejores opciones para disponer de agua dulce con garantía de suministro a medio y largo plazo”, considera.

Grant Bigg, profesor de ciencias de la Tierra en la Universida­d de Sheffield (Gran Bretaña), destaca el alto consumo energético de este remolque, que incluiría dispositiv­os técnicos para arrastrar los icebergs y su protección una vez llegara a la costa. Ademas, el punto de destino –la costa de Fujairah– son aguas balsámicas a 30 grados. “El derretimie­nto puede tener un impacto sobre la ecología local, tanto al refrescar el agua como al hacerla más fría”, lo que haría variar el ecosistema local. Bigg duda, por otra parte, de la fiabilidad de la empresa teniendo en cuenta que cree que hay osos polares en la Antártida, según se desprende del vídeo promociona­l del proyecto.

“Hay cientos y cientos de icebergs flotando a la deriva en toda esa zona que se mueven sin avisar”, señala Christophe­r Reading, responsabl­e del equipo de la Antártida del Centro Nacional del Hielo de Estados Unidos. “Las tormentas allí pueden ser brutales y no habría nadie para ayudarles”, dice.

Grupos ecologista­s creen que estamos ante una mala solución como estrategia de adaptación al cambio climático. Afirman que para combatir las sequías son preferible­s el riego gota a gota, evitar las fugas en las conduccion­es y mejorar la conservaci­ón de los caudales.

Aun así, el ambicioso plan podría naufragar antes incluso de que se compruebe si todo esto sólo es un exceso. El ministro de Energía de los Emiratos Árabes ha echado agua al vino al rechazar que haya un plan inmediato para “importar” los icebergs. “Me gustaría confirmar que estas noticias son sólo un rumor”, indicó hace unos días en una declaració­n pública. Puso así en el congelador este sueño, hasta que vuelva a reaparecer.

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DAVID MERRON PHOTOGRAPH­Y / GETTY Antártida. Los icebergs que se remolcaría­n almacenan 75.000 millones de litros de agua, suficiente­s para proveer de agua a un millón de personas para cinco años
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