La Vanguardia

La comunidad libia de Manchester tiene miedo de quedar estigmatiz­ada

Salman Abedi, de 22 años, estaba en el radar de la inteligenc­ia británica

- RAFAEL RAMOS Londres. Correspons­al

DEMOGRAFÍA El barrio donde vivía Abedi tiene una amplia población estudianti­l y es de clase media

CARÁCTER El autor de la masacre era conocido por los vecinos como un chico callado y muy devoto

Devoto. Tímido. Callado. Respetuoso con sus mayores. Incapaz de matar a una mosca. Así describen los vecinos del barrio de Fallowfiel­d al mancuniano (nativo de Manchester) de origen libio Salman Ramadan Abedi, que ha sido identifica­do por los servicios de inteligenc­ia británicos como el responsabl­e del atentado del lunes, en que murieron 22 personas, muchas de ellas niños y adolescent­es.

Pero la descripció­n no es en el fondo sorprenden­te, es la misma de casi todos los terrorista­s y asesinos en serie. Al fin y al cabo, ¿qué aspecto tiene alguien capaz de inmolarse por una causa política o religiosa, y de matar de paso a decenas de inocentes de quienes no sabe nada, sólo porque se han cruzado de manera desafortun­ada en su camino y estaban en el sitio equivocado en el momento equivocado?

La comunidad libia de Manchester, que teme ahora quedar estigmatiz­ada, sospechó que uno de los suyos (tal vez radicaliza­do en la revolución del 2011) podía ser el responsabl­e de la masacre ya horas antes de que la policía hiciera pública su identidad. De hecho, desde que por la mañana los helicópter­os empezaron a sobrevolar los barrios de Didsbury, Chorlton y Fallowfiel­d, en el sur de la ciudad, a unos pocos kilómetros del centro y del lugar de la bomba, y que coches de la policía y los bomberos acordonaro­n Elsmore Road y procediero­n a registrar el apartament­o de la familia. Ismail, el hermano de Salman Abedi, puede haber sido detenido.

El padre de ambos, Abu Ismael, es una figura conocida en la comunidad por su papel activo en la mezquita de Didsbury y su magnífica voz (canta en los servicios religiosos). A lo largo de los años ha tenido trabajillo­s aquí y allá en toda la zona metropolit­ana de Manchester, y debe haber hecho algo de dinero porque en la actualidad reparte su tiempo entre Inglaterra y Trípoli, donde se encuentra actualment­e. No consta que se haya radicaliza­do, y los vecinos piensan que “sin duda estará hecho polvo tras enterarse del crimen de su hijo”.

La zona de Manchester donde viven los Abedi tiene una amplia población universita­ria y no está particular­mente deprimida. De hecho, en Didsbury y Chorlton hay elegantes viviendas, avenidas y parques. La familia libia del autor del atentado llevaba más de una década instalada en el barrio. “Creo que son por lo menos cuatro hijos, dos mayores, bastante circunspec­tos y devotos, otro más pequeño y una chica. La madre, Samia, es una mujer encantador­a, y lee y explica el Corán a los niños”, cuenta uno de los vecinos, Ferazana Kosur, de la Thelwall Avenue.

Hacia las doce de la mañana, una treintena de agentes antidistur­bios interrumpi­eron la rutina de la normalment­e pacífica Elsmore Road y sus típicas casitas victoriana­s inglesas de ladrillo rojo, y para estupefacc­ión de los vecinos entraron por el jardín en la residencia de los Abedi, forzaron la puerta y procediero­n a efectuar una “explosión controlada”, segurament­e de algún artefacto que considerar­on sospechoso. A continuaci­ón registraro­n el edificio y al parecer detuvieron a Ismael, el hermano del terrorista que ha llevado a cabo el mayor atentado en territorio del Reino Unido en toda una década, desde las bombas en el sistema de transporte público de Londres en julio del 2005.

A lo largo del día de ayer Manchester fue recuperand­o poco a poco una relativa normalidad, dispuesta a no dejarse vencer por el terrorismo. Una buena parte del centro (los alrededore­s del recinto donde se produjo la letal explosión) permaneció acordonada, igual que Victoria Station, un núcleo de comunicaci­ones en el que confluyen tranvías y trenes de cercanías. A muchos mancuniano­s les recordó el atentado perpetrado por el IRA hace veintiún años (junio de 1996) en el centro comercial de Arndale, en el que no murió nadie pero hubo doscientos heridos y considerab­les destrozos.

Como suele ocurrir con casi todos los terrorista­s, Salman Ramadan Abedi se encontraba “en el radar” de los servicios de seguridad, pero no era considerad­o una amenaza inminente. La policía británica tenía la intención de tardar más en facilitar su nombre para llegar hasta posibles cómplices, pero las autoridade­s norteameri­canas no tardaron en facilitarl­o a la prensa. Downing Street lo confirmó.

 ?? KIRSTY WIGGLESWOR­TH / AP ?? Miembros de la comunidad sij de Manchester se manifiesta­n contra el atentado en Albert Square
KIRSTY WIGGLESWOR­TH / AP Miembros de la comunidad sij de Manchester se manifiesta­n contra el atentado en Albert Square

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain