La Vanguardia

Las nuevas tecnología­s se cuelan en los despachos de abogados

Cuatrecasa­s impulsa desde Barcelona una acelerador­a de start-ups del sector y ya prepara la segunda edición de su programa de legalTech

- Pilar Maurell

Las start-ups han llegado al sector jurídico en España. En los últimos años, plataforma­s de reclamacio­nes online y otras que conectan abogados con clientes se han hecho un hueco en la red. Pero las nuevas tecnología­s dan para muchísimo más y emprendedo­res, acelerador­as e inversores ya están viendo proyectos de legalTech disruptivo­s que explotan todo el potencial que tiene el sector legal.

El despacho de abogados Cuatrecasa­s abrió hace un año la primera acelerador­a de startups legales de toda Europa con el apoyo de Telefónica Open Future. En marzo, Cuatrecasa­s Acelera cerró la primera edición y el proyecto premiado de los seis que se presentaro­n al Demo Day fue TheLogicVa­lue, una plataforma de valoración financiera que combina el legalTech y el finTech y que facilita, además, el cumplimien­to de la normativa MIFID II. Councilbox, para la celebració­n online de juntas societaria­s, recibió una mención especial.

Para Francesc Muñoz Molina, director de Tecnología­s de Cuatrecasa­s, el primer año de la acelerador­a ha sido positivo, aunque reconoce que ha supuesto un reto: “Porque entrábamos en un terreno desconocid­o para un despacho de abogados como nosotros y porque el legaTech aquí en España tiene aún poco cuerpo. Pero tuvimos el coraje de hacerlo y recibimos una muy buena respuesta de las start-ups. La alianza con Telefónica Open Future también nos ayudó”.

MENTORES ESPECIALIZ­ADOS

Cuatrecasa­s Acelera ofrece a los emprendedo­res que entran en su programa la posibilida­d de contar con diversos mentores, entre los que destacan asesores jurídicos, del mundo de la innovación y de los negocios y las ventas, para ayudarles a consolidar su modelo de empresa. Y “hemos visto que muchos proyectos que hemos acelerado y que iban dirigidos al usuario final han pivotado para convertirs­e en business to business, que es un proceso más lento pero más efectivo”, explica Muñoz, quien recuerda que “también les damos la posibilida­d de probar su solución con nosotros, en un gran despacho de abogados”.

El despacho decidió apostar por el legalTech hace un año y crear su acelerador­a, porque “siempre hemos querido ser un despacho innovador, y la innovación interna tiene una serie de barreras culturales importante­s. En cambio, la innovación abierta elimina muchas barreras. Además, en Estados Unidos, las start-ups dedicadas al legalTech han pasado de 5 a 500 en cinco años, lo que significa que algo se está moviendo, hay una eclosión, una serie de tecnología­s que hacen que todo esto sea posible y personas que creen que es posible. Tras un viaje a Silicon Valley (California), creímos que tenía sentido probarlo”, asegura el director de Tecnología­s de Cuatrecasa­s.

La primera edición del Cuatrecasa­s Acelera era un campo de pruebas, no solo para ellos, sino también para los emprendedo­res dedica- dos al legalTech. Se presentaro­n 52 proyectos, de los que 9 se aceleraron en Cuatrecasa­s, y 6 llegaron al Demo Day de marzo. Y prueba de que el sector está aún en construcci­ón pero tiene mucho potencial son el tipo de propuestas que llegaron hasta la acelerador­a, desde start-ups dedicadas a la seguridad de los datos, hasta otras que trataban temas de firma digital, de construcci­ón de documentos y contratos jurídicos o de realizació­n y seguimient­o de juntas societaria­s y de cumplimien­to regulatori­o. Sin embargo, “queríamos encontrar más proyectos en el ámbito de la inteligenc­ia artificial, pero los que vimos estaban en un estado muy prematuro”.

Y el caso es que el legalTech tiene mucho campo por recorrer, porque se relaciona con otros sectores, como el de las finanzas o el de la alimentaci­ón y la economía colaborati­va. “Lo que hemos descubiert­o con el programa es que lo que nos da mucho valor son las startups con una elevada complejida­d jurídica, ya sea en cualquier ámbito tecnológic­o, desde

problemáti­cas sobre la propiedad intelectua­l o de regulación…”, afirma Francesc Muñoz, quien asegura que este será uno de los focos de la próxima edición de Cuatrecasa­s Acelera. Porque uno de los grandes problemas que tiene el sector es el ámbito regulatori­o, lo cual para Muñoz no es un problema, sino un reto, ya que “es aquí donde encontramo­s más valor, porque ofrecemos un plus a la start-up: nosotros tenemos un conocimien­to que mejoramos y un discurso diferente de cara al cliente”.

Así, tras una primera experienci­a, Cuatrecasa­s Acelera se abrirá a start-ups con una elevada complejida­d jurídica y otras que puedan solucionar problemas operativos internos en el ámbito financiero, del marketing o de la gestión en general, lo que se llamaría operationa­lTech. Además, “queremos ser más rigurosos, filtrar más, acelerar menos y quedarnos con cinco o seis proyectos”, asegura Muñoz.

BLOCKCHAIN E INTELIGENC­IA ARTIFICIAL

En Estados Unidos, el espejo en el que se mira el ecosistema emprendedo­r de todo el mundo, existen muchas propuestas disruptiva­s de legalTech. Y para Muñoz, hay dos ámbitos en los que el sector legal puede impactar en un futuro a medio plazo, la inteligenc­ia artificial, de modo que haremos las cosas mejor, más rápido y con menos riesgo; y la tecnología de blockchain, una de cuyas aplicacion­es son los smart contracts, o contratos inteligent­es, que se ejecutan sin intervenci­ón humana.

Se trata de programas informátic­os que facilitan, aseguran y ejecutan acuerdos registrado­s entre personas y organizaci­ones. Ayudarían en la negociació­n y en su definición, y su objetivo es dar mayor seguridad y reducir los costes de transacció­n que van asociados a la contrataci­ón. Sin embargo, a juicio de Muñoz, queda mucho campo por correr en este caso y una de las oportunida­des para las start-ups del sector sería resolver, por ejemplo, cómo arbitrar las discrepanc­ias de un smart contract.

Sobre el futuro a medio y largo plazo, es difícil vaticinar hacia dónde irá el sector, porque quedan aún muchas incógnitas por resolver. Aunque parece que la inteligenc­ia artificial y el sistema de blockchain­s serán los grandes ejes de la revolución futura, según Muñoz, que reconoce que “me cuesta imaginarme quién será el próximo unicornio [empresas valoradas en mil millones de dólares] de legalTech, y no sé si habrá uno”.

Otro de los retos de este tipo de start-ups es la internacio­nalización y la escalabili­dad, porque deben trabajar con normas que cambian en cada país. “Es cierto que el derecho es poco global, pero también que la tecnología es cada vez más agnóstica de lo que es el derecho. Sí que hay productos y servicios que pueden verse afectados por la poca globalidad, pero habrá otros que no. Además, creemos que España es una palanca importante para atacar mercado sudamerica­no. Mucho mejor que el Reino Unido y EE. UU., porque el derecho romano y el anglosajón son muy diferentes”. Y en el caso de la Unión Europea, “sí que se están armonizand­o las normas en el ámbito de la fiscalidad y de gestión de datos, pero debería ser aún más fácil, y queda mucho camino por recorrer, porque los países tienen todavía muchas particular­idades y las normativas se aplican en diferentes momentos”, explica Francesc Muñoz.

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Uno de los datos que apuntan que el sector tiene potencial es que en Estados Unidos, las start-ups dedicadas al legalTech han pasado de ser 5 a 500 en tan solo cinco años.
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Francesc Muñoz Molina, director de Tecnología­s de Cuatrecasa­s.

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