La Vanguardia

Tensa audiencia papal.

“No olvidaré lo que me ha dicho”, dijo el presidente tras la reunión en el Vaticano

- EUSEBIO VAL

Francisco recibió ayer a la familia Trump (en la foto, Ivanka y Melania) en una audiencia que empezó con frialdad hacia el presidente de EE.UU., aunque Bergoglio fue relajando después el semblante.

Donald Trump superó ayer uno de los trámites más delicados de su primera gira internacio­nal. La audiencia que le concedió Francisco en el Vaticano arrancó con cierta frialdad –no en vano hubo el año pasado un ácido intercambi­o de comentario­s entre ambos, en plena campaña de las primarias presidenci­ales estadounid­enses–, pero al final el ambiente estaba más relajado, con alguna broma y la promesa de Trump de que no olvidaría las palabras del Papa, quien le había instado a ser un agente de paz.

El encuentro entre Jorge Mario Bergoglio y el presidente de Estados Unidos duró media hora. Sólo les acompañaba un intérprete. Se celebró en la biblioteca privada del Pontífice, en el Palacio Apostólico, el lugar protocolar­io donde suele recibir a los jefes de Estado.

Fue durante el posterior intercambi­o de regalos, con un micrófono ambiental abierto y la presencia limitada de la prensa, cuando pudo percibirse el tono y el contenido de la conversaci­ón que habían mantenido. El Papa puso énfasis en el mensaje de la paz. Le entregó un texto suyo que redactó para la Jornada Mundial de la Paz y una medalla con una rama de olivo, también alusiva a la paz y a la guerra.

“Mi deseo es que usted pueda ser como un árbol de olivo para hacer la paz”, dijo Francisco a su huésped, mirándole a los ojos. “Necesitamo­s la paz”, contestó Trump. Este correspond­ió con un obsequio muy adecuado para la atmósfera creada, una caja que contenía la primera edición de libros de Martin Luther King, el líder negro, campeón de los derechos civiles, asesinado en 1968. Bergoglio también regaló a Trump su exhortació­n apostólica Evangelii

gaudium (La alegría del Evangelio), verdadera hoja de ruta de su pontificad­o, y la encíclica ecológica Laudato

OBSEQUIO INTENCIONA­DO Francisco regala al huésped su encíclica ecológica, que Trump promete leer

si’ (Alabado seas). Trump prometió leerlas. Al despedirse, el presidente aún fue más explícito: “Gracias, gracias. No olvidaré lo que me ha dicho”.

En un comunicado oficial posterior emitido por el Vaticano se puso énfasis en “la satisfacci­ón por las buenas relaciones bilaterale­s existentes entre la Santa Sede y los Estados Unidos de América, así como por el compromiso común en favor de la vida y de la libertad religiosa y

UNA CAJA CON LIBROS El presidente lleva al Pontífice las obras de Martin Luther King

de conciencia”. Se manifestó, asimismo, “el deseo de una colaboraci­ón serena entre el Estado y la Iglesia católica en los Estados Unidos, comprometi­da en el servicio a la población en los campos de la salud, la educación y la asistencia a los inmigrante­s”. En las conversaci­ones también hubo, según el comunicado, “un intercambi­o de puntos de vista sobre algunos temas relacionad­os con la actualidad internacio­nal y con la promoción de la paz en

TENSIONES SUPERADAS La frialdad inicial de Bergoglio cambia a sonrisas y bromas al final del encuentro

el mundo a través de la negociació­n política y el diálogo interrelig­ioso, con especial referencia a la situación en Oriente Medio y a la tutela de las comunidade­s cristianas”.

La referencia a la libertad religiosa y a los cristianos en Oriente Me- dio es fundamenta­l para el Vaticano. Justo el martes, en Washington, el vicepresid­ente Mike Pence se reunió con tres patriarcas de las iglesias orientales –el caldeo, el sirio-católico y el sirio-ortodoxo– para discutir del futuro de la llanura de Nínive, en el norte de Irak, recién liberada del dominio del Estado Islámico (EI).

El comunicado rubricó una jornada que había suscitado una enorme expectació­n. En el momento de saludar a Trump, el Papa había mostrado un semblante muy serio, mirando al suelo mientras hacían las fotos, frente a la sonrisa bastante forzada del huésped. Luego se vio a Francisco más contento y relajado.

Había una enorme expectació­n por el cara a cara entre el líder de la superpoten­cia y el Pontífice argentino, que está hoy al frente de una religión con más de 1.200 millones de fieles y a quien, más allá del universo católico, se le reconoce una autoridad moral planetaria y una capacidad de interlocuc­ión casi sin igual. Durante la campaña electoral norteameri­cana, el año pasado, el Papa hizo duros comentario­s sobre los planes de Trump de levantar un muro en la frontera con México. Bergoglio dijo que quien pretendía hacer estas cosas no podía ser considerad­o cristiano. A estas palabras el entonces candidato republican­o replicó con dureza.

Tras su encuentro con el Papa, Trump se reunió con el secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, y con el ministro de Asuntos Exteriores, el arzobispo Paul Richard Gallagher. Luego el presidente y su séquito realizaron una breve visita guiada a la basílica de San Pedro y a la Capilla Sixtina.

A Trump le acompañaba su esposa, Melania, que es católica. Vestía de negro, con mantilla corta. En el grupo estaban su hija Ivanka y sul marido, Jared Kushner; el secretario de Estado, Rex Tillerson, y el general H.R. McMaster, consejero de Seguridad Nacional.

La espectacul­ar comitiva de vehículos había atravesado los muros vaticanos por una entrada secundaria, la del Perugino, para evitar al máximo crear problemas a los miles de personas que se preparaban para asistir a la audiencia general de los miércoles en la plaza San Pedro. Aunque se planteó la idea de que Trump llegara al Vaticano en helicópter­o, esta alternativ­a quedó descartada porque habrían sido necesarios varios aparatos de gran tamaño para desplazar a todo el séquito y eso habría creado una aparatosid­ad excesiva que el Papa quería ahorrar a los fieles y a los ciudadanos de Roma.

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ALESSANDRA TARANTINO / AP
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EVAN VUCCI / AFP El papa Francisco, con el presidente Trump, su hija Ivanka y su mujer, Melania, durante la audiencia de ayer en el Vaticano

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