Puigdemont avisa a Rajoy que es el “momento imprescindible” de dialogar
El president subraya a Maza el “error” de judicializar el proceso político catalán
“Creemos que ha llegado el momento imprescindible para que los dos gobiernos se puedan sentar en la mesa a dialogar” para pactar la celebración de un referéndum en Catalunya que permita decidir sobre su futuro político. Este es el argumento principal que esgrime Carles Puigdemont en la carta a Mariano Rajoy para formalizar la apertura de negociaciones a fin de acordar los términos y condiciones de la consulta y que finalmente le remitió ayer, después del acuerdo en este sentido adoptado por el Govern en la reunión del martes.
La misiva concreta la reiterada y “máxima voluntad” expresada por el Govern –en la conferencia del lunes en Madrid, por ejemplo– de “buscar una solución política pactada y acordada que dé respuesta a la demanda de la ciudadanía de Catalunya de poder decidir sobre su futuro” y recuerda que el mismo Gobierno español –sin ir más lejos su presidente en su último discurso de investidura– “ha reconocido que la cuestión catalana es un asunto de Estado que requiere la máxima atención”. Dos actitudes que para el presidente de la Generalitat justifican plenamente que es el “momento imprescindible” para sentarse a dialogar, que es el mensaje que, entre aviso y constatación, traslada al presidente del Gobierno español.
La carta, de extrema cortesía y en la que Carles Puigdemont trata a Mariano Rajoy de usted, tiene fecha de ayer y fue hecha pública después de que el presidente de la Generalitat recibiera en el palacio de plaza de Sant Jaume al fiscal general del Estado, José Manuel Maza, de visita oficial en Barcelona. Un encuentro en el que participaron también el conseller de Justícia, Carles Mundó, y el fiscal superior de Catalunya, José María Romero de Tejada, y que las dos partes situaron en el marco de las relaciones institucionales, pero que dio lugar a una imagen que no deja de ser significativa en un momento de extrema judicialización de la vida política catalana y en el que la Fiscalía tiene un protagonismo destacado.
De hecho, Puigdemont no se abstuvo de reprochar esta situación y trasladó a José Manuel Maza el “error” que entiende que representa aplicar la vía judicial a un proceso político como el catalán. “Es una vía equivocada judicializar una cuestión de naturaleza política y, por tanto, insistir en la vía judicial es sin duda un error”, subrayó después de una reunión que se prolongó durante hora y media Mundó, que explicó que, “del mismo modo que esto lo decimos en público, lo decimos también cuando podemos compartirlo con el fiscal general del Estado”. La Fiscalía, por su parte, evitó las declaraciones y emitió un comunicado en el que pone de relieve que, “dado el carácter institucional de la visita, no se consideró oportuno tratar aquellos temas que se encuentran judicializados” y que, de todos modos, José Manuel Maza recordó al presidente de la Generalitat la “obligación de la Fiscalía de cumplir las funciones que la ley le encomienda”.
La cuestión judicial, en todo caso, no forma parte de la misiva de Puigdemont al presidente del Gobierno español, que acompaña del acuerdo tomado por el Govern para solicitar formalmente el inicio de negociaciones sobre la consulta y de la moción aprobada la semana pasada por el pleno del Parlament, con los votos de Junts pel Sí y Catalunya Sí que es Pot, en la que se reitera “la voluntad de celebrar este referéndum de forma pactada” y “de acuerdo con los términos que establece la Comisión de Venecia”. Y el presidente de la Generalitat concluye la carta con un deseo: “Quedamos a la espera de su respuesta para empezar este diálogo tan pronto como sea posible”.
A partir de aquí, la esperanza del Govern sería poder disponer de una respuesta afirmativa de Rajoy a fin de poner en marcha una mesa de diálogo “lo más pronto posible”. Pero, en cambio, es consciente de que la realidad es muy distinta, y lo que en este contexto querría es que al menos la contestación del presidente del Gobierno español tuviese también carácter formal y fuese igualmente por escrito, para que constara negro sobre blanco el rechazo a la negociación y quedara claro quién quiere y quién no quiere la celebración de un referéndum acordado.
El propio Puigdemont, en relación a este aspecto, aseguró en una entrevista en 8tv que “si la respuesta es negativa, será una gran decepción”, pero será también la evidencia de que la posibilidad de la vía pactada queda definitivamente liquidada y, por tanto, el Govern no insistirá más. “Habrá sido nuestra última oferta”, remarcó el presidente de la Generalitat, que dijo esperar la respuesta de Rajoy a su carta en un plazo prudencial de “quince días o tres semanas”.
El jefe del Govern espera la respuesta a su carta para negociar el referéndum en dos o tres semanas