La batalla legal de Assange y Garzón desde dentro
Historia estrena el lunes un documental con el hacker y el exjuez
Durante más de tres años, los cineastas Clara López Rubio y Juan Pancorbo han seguido con sus cámaras la lucha jurídica del exjuez español Baltasar Garzón para defender al hacker Julian Assange, una pelea de cuyo resultado “depende la libertad de expresión en el mundo”. Esta es la máxima (dicha por Garzón) con la que, según sus directores, se ha grabado
Garzón/Assange, el juez y el rebelde,
una coproducción hispano-alemana de Mediapro y Inselfilm con la participación de Canal Sur y la colaboración de Canal Historia, cadena que emitirá el documental el próximo lunes a las 22 h, tras su estreno mundial el pasado sábado en Docs Barcelona.
El documental cuenta desde dentro la lucha de sus abogados por conseguir que la orden de arresto contra el fundador de Wikileaks fuera retirada, un anuncio que la Fiscalía sueca hizo público el pasado viernes, cuando la fiscal Marianne Ny anunció que retiraba esa orden y que cerraba la investigación contra él por un presunto delito de violación menor. La cinta denuncia precisamente las irregularidades cometidas durante la investigación en Suecia.
Aunque Assange nunca llegó a estar acusado formalmente, en el 2010 la fiscal Ny emitió una orden de arresto contra el australiano para interrogarle en el marco de una investigación preliminar por supuestos delitos de violación menor. Assange ya había abandonado Estocolmo y se encontraba en el Reino Unido, donde inició un largo proceso judicial para evitar ser extraditado a Suecia. El editor jefe de Wikileaks proclamó siempre su inocencia, pero temía que Suecia fuera sólo una estación de paso para otra extradición, esta vez a Estados Unidos, donde también se le investiga en secreto por las filtraciones publicadas por su organización.
El documental cuenta varios años de la vida del creador de Wikileaks desde el momento en que pide asilo político en la embajada de Ecuador en Londres y contrata a Garzón para que dirija el equipo procesal que elaborará la estrategia internacional que le evite la deportación a Estados Unidos.“Sabíamos que detrás de la colaboración del juez Garzón reconvertido en abogado del hacker más famoso del mundo había una historia por contar”, dice Pancorbo, mientras López Rubio añade que sentían “curiosidad” por averiguar “por qué abogados internacionales de prestigio, como el propio Garzón, quisieron trabajar para Assange, y sin cobrar”.
“Estando con ellos vimos que lo que les movía era la idea de la libertad de expresión. Ninguno de ellos estaba allí sólo para defender a Assange de unos presuntos delitos sexuales cometidos en Suecia. Hablaban de libertad de prensa, del derecho a la información, de transparencia, y esa es la visión que hemos querido mostrar”, explica López Rubio.
Este punto de vista desde los abogados y una cierta “imagen cordial” de Assange, que reconocen mostrar, se explica en parte por la cláusula firmada con Wikileaks de no publicar nada que pudiera comprometer o perjudicarle, y también, añade Pancorbo, porque no tuvieron tanto acceso al personaje como para hacer un retrato.
Reconocen los cineastas su frustración cuando dieron por terminado el rodaje, en el verano del 2016, “y seguían pasando cosas, como las filtraciones sobre Hillary Clinton, pero no podíamos hacer nada más, salvo una segunda película”, señala López Rubio. Pancorbo concluye que, en su opinión, lo fundamental “está” y que “es evidente que pasarán más cosas, y sería bueno contarlo”.
A la realizadora, que, como su compañero, se estrena en la dirección de cine, le gustaría que el documental “aportara la idea de la motivación de los abogados, el tesón que les lleva a seguir trabajando años y años por defender la libertad de expresión y de información”. Además de documentos inéditos, el documental ha contado con material facilitado por Wikileaks y ofrece fragmentos de una entrevista exclusiva con Assange.
La cinta se estrena justo después de retirarse la orden de arresto de la Fiscalía sueca contra el fundador de Wikileaks