Gran música de casa
Filarmónica de San Petersburgo con Yuri Temirkanov Solista: Leticia Moreno
Lugar y fecha: Palau 100. Palau de la Música Catalana (2/V/2017)
Dos generaciones, el gran maestro Yuri Temirkanov y la violinista Leticia Moreno; en medio una orquesta de edad mediana, con buenos mimbres, que muestra la renovación de la vida musical rusa y su consistencia, especialmente en sus propios repertorios, porque lo suyo son Chaikovski, Shostakóvich, Rachmaninov, Prokofiev... una saga con un concepto musical muy distinto del germano o del mediterráneo. No vemos en el panorama ningún director ruso que aliente expectativas como las de los recordados Svetlanov, Temirkanov o el propio Gergiev. El tiempo lo dirá; en tanto esta buena orquesta sale de gira con un maestro que ya vive un poco del recuerdo y trabaja sobre lo ya hecho. Es un testimonio de aquellos grandes años pero más bien un símbolo útil para el marketing: gran director ruso, joven y brillante violinista española.
Leticia Moreno mostró su virtuosismo y su capacidad en este incansable Concierto n.º1 para
violín de Shostakovich, con escasísimas pausas para el instrumentista, que toca casi todo el tiempo, sobre todo en los dos primeros movimientos muy contrastados, que preceden el brillo y la exaltación del último, en el que Moreno hizo valer esa sonoridad algo zíngara que pide la obra. Caso contrario del movimiento inicial, elegíaco, que en el comienzo exhibió mucho vibrato pero luego dio en la diana del pianísimo velado con una especial tensión del arco, acercándose al timbre del compositor. Excelente labor y un ámbito que se le da bien a Moreno.
La Patética de Chaikovski nos llevó a otras emociones, también vitales, pero al límite. Y Temirkanov lo comprendió muy bien, dialogando con una orquesta que sabía lo que hacía y que además lo sentía. Un cálido clarinete entre los solistas, gradación de intensidades bien matizadas, excelente fraseo, adecuadas respiraciones y gran aire en toda la cuerda que bordó el último movimiento.