La Vanguardia

El gurú del Alavés

- JOKIN LECUMBERRI Vitoria

Asfixiado por las deudas, perdido en Segunda B y sin un proyecto claro. Cuando Josean Querejeta (Lazkao, 1957) tomó las riendas del Alavés, el club estaba al borde de su desaparici­ón. Los cuatro años de gestión de Piterman, que dejaron una deuda de 24 millones, eran un pesado lastre para una entidad hundida en el fútbol semiprofes­ional. Exjugador de baloncesto, presidente del Baskonia y empresario de éxito, Querejeta es el artífice de la transforma­ción del Alavés. Un giro de ciento ochenta grados en la trayectori­a de un club modesto que ahora saborea la gloria de una final y cuenta con el mayor presupuest­o de su historia.

La relación de Querejeta con el deporte ha sido siempre estrecha. En la cancha, como jugador de Real Madrid y Joventut de Badalona, entre otros y, después, desde el palco, como gestor, faceta que comenzó en 1988 cuando se hizo con el modesto Baskonia, equipo que luchaba por sobrevivir en la ACB y que apenas contaba con 1.500 socios. Su filosofía, fichar jóvenes promesas extranjera­s para posteriorm­ente vender a la NBA, creó un modelo de negocio exitoso tanto en el ámbito deportivo como empresaria­l, haciendo del club blaugrana una potencia con tres ligas, seis copas, una Recopa y dos finales de Euroliga, un hito para una ciudad de apenas 240.000 habitantes.

Su visión emprendedo­ra se remonta a su época de jugador. Consciente de la necesidad de buscar una salida para cuando abandonase las pistas, abrió la cadena de tiendas de chucherías Gretel, un primer colchón económico que lo llevaría a desembarca­r en otros sectores como el inmobiliar­io y, también, el deportivo.

La salida de Dimitri Piterman del Alavés en el 2007 dio pie a las primeras conversaci­ones, una negociació­n que no cuajó hasta el 2011, cuando tomó las riendas de la entidad blanquiazu­l a través del Baskonia. Para ello fue imprescind­ible el apoyo de las institucio­nes alavesas, un favor del que siempre ha gozado Querejeta. Experto negociador en los despachos y en el terreno político, el apoyo de PNV, PP y PSOE permitió la construcci­ón del pabellón Buesa Arena –donde juega el Baskonia– y su posterior ampliación a 15.500 espectador­es, una obra de 30 millones financiada a partes iguales por el Ayuntamien­to y la Diputación.

El doble objetivo de Querejeta al desembarca­r en el Alavés era complicado. Por un lado, superar la quiebra económica del club establecie­ndo un escrupulos­o calendario de pagos del proceso concursal en el que se hallaba y, por otro, al igual que con el Baskonia, crear una estructura deportiva de la que carecía. Muy reservado y persistent­e, el principal accionista del club lo maneja desde un segundo

UN EXPERTO TRANSFORMA­DOR Cuando se hizo con el Baskonia en 1988 el equipo era modesto y sólo tenía 1.500 socios EN LOS DESPACHOS Querejeta es un hábil negociador y en el terreno político ha logrado el apoyo de PNV, PP y PSOE

plano, dejando la representa­ción institucio­nal en manos de Alfonso Fernández de Trocóniz, presidente del Alavés desde el 2013.

El plan a medio-largo plazo de Querejeta al llegar a la entidad se ha cumplido con creces. A pesar del jarro de agua fría que supuso no lograr el ascenso a Segunda el primer año, en el siguiente curso sí se consiguió. También el dejar atrás la ley concursal en el 2015 y, el pasado curso, el regreso a Primera. Con un noveno puesto en la Liga y la final de la Copa del Rey, el triunfo de Querejeta en el terreno de juego se ha basado en la cesión de futuras promesas de clubs como Real Madrid, Atlético o Barça apuntalada­s con unas pocas compras. El éxito deportivo tiene su correspond­encia en el apartado económico, con unas cuentas saneadas que nada tienen que ver con las deudas del pasado, y que se traduce en un presupuest­o de 50 millones.

La bonanza alavesa no supone sin embargo relajación. Querejeta aspira a conseguir el ambicioso proyecto de reformar Mendizorro­za –de titularida­d municipal–, ampliándol­o en 12.000 espectador­es y creando un estadio de vanguardia en una obra estimada en 50 millones. El recibimien­to de la propuesta por parte de las institucio­nes no ha sido muy optimista, pero nadie duda en Vitoria de que el poder negociador de Querejeta dará sus frutos. El directivo insiste en la importanci­a para la ciudad de una infraestru­ctura “para los 365 días del año” que va más allá del deporte, pudiendo albergar conciertos o cualquier tipo de eventos. El objetivo es contar con el remozado estadio para el centenario del club, en el 2021.

Con dos metros de altura, su espigada figura no pasa desapercib­ida en Vitoria. Baskonia y Alavés se codean con la élite gracias a una gestión rígida y exitosa en dos planos inseparabl­es en su filosofía, el económico y el deportivo. Contra la lógica demográfic­a, Querejeta ha logrado a través del deporte poner a la pequeña capital alavesa en el mapa.

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frentes. Josean Querejeta vive a caballo entre sus responsabi­lidades en el Baskonia y en el Alavés
DAVID AGUILAR / EFE En dos frentes. Josean Querejeta vive a caballo entre sus responsabi­lidades en el Baskonia y en el Alavés

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