Moody’s rebaja por primera vez la calificación de China desde 1989
La agencia Moody’s lanzó ayer un torpedo contra la línea de flotación de China al cuestionar la capacidad de los líderes del gigante asiático para mantener su estabilidad económica y financiera. Por primera vez desde 1989, la agencia rebajó la calificación crediticia de AA3 a A1, ante las expectativas de que la fortaleza financiera de la segunda potencia mundial se erosione en los próximos años, a medida que el crecimiento se ralentice y la deuda continúe aumentando, según indicó Moody’s en un comunicado.
Las autoridades chinas rechazaron las conclusiones de Moody’s y acusaron a la agencia calificadora de sobreestimar los riesgos que afronta la economía china y de utilizar una “metodología inapropiada”, según una nota del Ministerio de Finanzas.
La realidad es que Moody’s y Pekín discrepan en la proyección de la economía china durante los próximos años. Mientras las autoridades chinas consideran que su economía crecerá una media del 6,5% anual, los expertos de la agencia calificadora opinan que el PIB del gigante asiático se situará en torno al 5%. Y Moody’s considera que la deuda total del país, que alcanzaba el 256% del PIB a finales del 2016, frente al 150% en el 2008, seguirá creciendo en los próximos años, debido a la deficitaria industria estatal, que se lleva la mayor parte del crédito bancario, en detrimento del sector privado .
Los expertos de Moody’s consideran que aunque Pekín lleve a la práctica su voluntad de reformar el sector público “pensamos que estos esfuerzos de reforma no tendrán suficiente impacto, ni suficiente rapidez para evitar una erosión” del perfil financiero chino, señala la agencia en su nota.
Los observadores internacionales, sin embargo, restaban importancia al impacto de la nota de Moody’s. “Es un golpe psicológico que China encajará mal y refleja el aumento de la presión financiera en el país”, dijo Christopher Balding, profesor de la Escuela de Negocios HSBC en Shenzhen, quien añadió que , por otra parte, “esto tiene una importancia muy relativa, ya que la mayor parte de la deuda china está en manos de actores estatales o paraestatales y la que está en manos de inversores internacionales es mínima”.
En este sentido, hay que tener en cuenta que la deuda exterior china representa el 13% de su PIB y Moody’s calcula que se situará en torno al 45% del PIB al final de la década.