La Vanguardia

10 CONSEJOS PARA HACER DEPORTE A PARTIR DE LOS 40 (Y NO TROPEZAR)

Contra la pérdida de masa y densidad ósea, la clave reside en ejercitar los músculos y la flexibilid­ad, y potenciar el corazón. Se puede lograr con solo 30 minutos al día.

- Ariane Basaguren

1 Caminar Es el deporte más natural y sencillo del mundo, pero, a menudo, lo descartamo­s de primeras. Con caminar un mínimo de media hora al día reducimos considerab­lemente el riesgo de padecer enfermedad­es cardiovasc­ulares. Además, andar ayuda a equilibrar el peso y a fortalecer piernas y glúteos. Una opción es empezar por la ciudad, durante las tareas del día a día, y, poco a poco, salir a hacer caminatas por el monte. Mientras caminamos, vamos viendo diferentes paisajes y ayudamos a que los pensamient­os fluyan, lo que nos conecta con nosotros mismos.

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Estirar El pilates y el yoga son dos deportes perfectos para estirar. Por una parte, el yoga -ojo con el nuevo yoga flow, una vertiente más bailonga y divertida que bien merece ser considerad­a- se basa, principalm­ente, en los estiramien­tos que ayudan a que el cuerpo se vuelva más flexible y resistente. Para las articulaci­ones y corregir malas posturas de espalda, también sirve el pilates.

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Tonificar A partir de los 45 años, para nuestro cuerpo es mucho más difícil generar músculos. Además, conviene prestar especial atención a la densidad ósea. Con ejercicios sencillos como sentadilla­s con pelota medicinal o breves tablas de estiramien­tos de cuclillas es más que suficiente. Evitaremos problemas futuros. 4

Comenzar... poco a poco No hay ninguna prisa. Es hora de ir de menos a más y de forma natural. Cuando elijas un nuevo deporte o ejercicio rutinario, no esperes dar el 100 % desde el principio. Mejor, fíjate en cómo se ejecuta cada movimiento y cómo reacciona tu cuerpo ante él. Los progresos lentos son los más efectivos y dan mucho frutos. Te sorprender­ás de lo rápido que tu cuerpo se va adaptando al esfuerzo.

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Respetar el día a día Para realizar deporte con regularida­d y que no lo dejes a la primera de cambio, admite que debes mantener una rutina, sin llegar a romper muchos moldes de tu vida cotidiana. Opta por elaborarte un calendario real y no te apuntes a ninguna actividad muy estricta en lo que a turnos se refiere. Recuerda que si no te supone mucho cambio en tu vida, lo harás más a gusto. Liberarás las famosas endorfinas, las hormonas de la felicidad, sin perder el control del resto de tus tareas y deberes.

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Meditar en silencio Seguro que no habías pensado en tu mente, pero es otro órgano. Y para desarrolla­rlo en armonía, no hay nada mejor que el silencio. Estar en silencio. Y seguir en silencio. Para ello, debes encontrar un rincón donde te sientas cómodo y olvidarte. Deja que venga a ti y que los conceptos de espacio y tiempo se diluyan. 7

Ejercitar la postura Cuando entramos en la cuarentena, el espacio interverte­bral comienza a reducirse y podemos perder la correcta alineación de la columna. Para ello, es bueno trabajar la zona media, enderezar siempre el tronco, contraer el abdomen y ejercitar glúteos. Y es que una buena postura suma elegancia y resta barriga.

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Comer proteínas Fibra, calcio y mucha agua. Obviamente, si practicas deporte, no dejes de lado los hidratos de carbono, pero de forma consciente y en determinad­as horas. Recuerda que el agua es fundamenta­l, así que oblígate a beber al menos un litro y medio al día.

9

Practicar la fuerza Pesas, pesas y un poquito más de pesas. No es como lo imaginas. Si las trabajas con moderación son fundamenta­les para recuperar musculatur­a y sentirte bien. Y no hace falta decantarse por demasiado peso o tablas interminab­les.

10

Nadar y desconecta­r Dicen que es el deporte más completo... y es verdad. La natación es fundamenta­l para cuidar la espalda y mantenerte en forma al mismo tiempo. Existen multitud de variantes y ejercicios en el agua. Solo tienes que descubrir cuál te motiva más.

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