La Vanguardia

El EI se expande por el Sudeste Asiático

El ejército filipino intenta reconquist­ar una ciudad del sur del país tomada por los yihadistas a principios de semana

- ISIDRE AMBRÓS

El Gobierno denuncia la presencia de milicianos indonesios, malasios y singapuren­ses El EI, al parecer, designó al terrorista Hapilon para erigir el califato en la región

El viceprimer ministro y responsabl­e de Interior de Malasia, Ahmad Zahid Hamidi, ha disparado esta semana las alarmas en el Sudeste Asiático. Ha advertido que el Estado Islámico (EI) está detrás de los últimos atentados que han tenido lugar este mes en el sur de Tailandia, en Yakarta y en la ocupación ahora de la ciudad filipina de Marawi y ha subrayado que “la región podría sufrir un ataque como el de Manchester”, según ha declarado a la prensa local.

Sus afirmacion­es confirman las observacio­nes de numerosos analistas asiáticos, que apuntan desde hace un tiempo que el EI está aumentando su influencia en la región y pretende crear un califato en el Sudeste de Asia.

Un grupo radical vinculado al EI reivindicó, a principios de mes, el atentado que causó 51 heridos al estallar una bomba en la ciudad tailandesa de Pattani, de mayoría musulmana. Y la organizaci­ón indonesia Yamaah Ansharut Daulah (JAD), también ligada al EI, asumió ayer el doble atentado suicida en una terminal de autobús de Yakarta que acabó con la vida de tres policías e hirió a diez personas el miércoles.

Sin embargo, el golpe más audaz y que más inquieta a las autoridade­s regionales es el que ha perpetrado el grupo radical filipino Maute, que juró lealtad al grupo de Abu Bakr al Bagdadi el pasado año. Milicianos de esta organicuat­ro zación se han atrinchera­do esta semana en la ciudad de Marawi, en la sureña isla filipina de Mindanao, una de las principale­s ciudades musulmanas en la católica Filipinas. Resisten los ataques de las tropas enviadas por el presidente, Rodrigo Duterte.

La situación es especialme­nte grave porque su iniciativa confirma todas las especulaci­ones en torno a la implantaci­ón del Estado Islámico en el sur de Filipinas. Los milicianos de Maute han acudido a Marawi, de 200.000 habitantes, para proteger a Isnilon Hapilon, el hombre elegido por el EI para ser su emir de Filipinas. Se trata de uno de los terrorista­s más peligrosos del planeta, por cuya cabeza EE.UU. ofrece una recompensa de 4,5 millones de euros, y que las autoridade­s filipinas pretendían apresar ahora en una operación que ha resultado fallida. La captura de Hapilon, que al parecer es el nexo de unión entre el EI, Matue y el otro grupo terrorista filipino Abu Sayaf, que también ha jurado lealtad a Al Bagdadi, no sólo ha fracasado sino que además ha puesto de relieve la agresivida­d de estos yihadistas.

“Irrumpiero­n en la ciudad a bordo de vehículos con banderas negras del EI, asaltaron instalacio­nes municipale­s, quemaron una comisaría, un colegio, la cárcel y una iglesia, donde secuestrar­on a un cura y a unos católicos”, contó a la prensa local un estudiante que huyó de Marawi.

Tras esta acción, Duterte declaró la ley marcial en todo Mindanao y ha enviado tropas a Marawi para sofocar una rebelión que en días ya se ha cobrado 46 vidas. El mandatario ha advertido además que podría ampliar su decisión a todo el país ante la gravedad de la situación.

Las autoridade­s filipinas temen que su territorio se convierta en un refugio regional de extremista­s islámicos. “Lo que está sucediendo en Mindanao ya no es una rebelión de ciudadanos filipinos, sino que se ha transforma­do en una invasión de combatient­es extranjero­s”, afirmó ayer el fiscal general de Filipinas, José Calida, en una rueda de prensa. Entre los cadáveres de los yihadistas, los soldados filipinos han descubiert­o milicianos malasios, indonesios y de Singapur, aseguró. Circunstan­cia que, según Calida, se debe a que “estos extranjero­s respondier­on a la llamada del EI de acudir a Mindanao para fundar una provincia de su califato”.

El fiscal subrayó que “cualquier persona que consideren infiel, tanto si es cristiana como musulmana, puede ser blanco de su ira” y expresó su preocupaci­ón “ante la eventualid­ad de que el EI haya logrado radicaliza­r a algunos jóvenes filipinos”.

La oposición critica la instauraci­ón de la ley marcial e incluso uno de los principale­s aliados políticos de Duterte, el expresiden­te Fidel Ramos, ha pedido que se revoque rápidament­e. En un discurso ante las tropas, Duterte les dijo que asumiría “solo” las “consecuenc­ias de la ley marcial”. “Haced vuestro trabajo”, les dijo, antes de añadir una frase inquietant­e: “Iré a la cárcel por vosotros. Si violáis a tres mujeres, diré que lo he hecho yo”.

 ?? JES AZNAR / GETTY ?? La bandera negra. Un soldado filipino observa una bandera del Estado Islámico capturada a los militantes yihadistas en la ciudad de Marawi, en la isla de Mindanao, donde el ejército combate al grupo radical Maute
JES AZNAR / GETTY La bandera negra. Un soldado filipino observa una bandera del Estado Islámico capturada a los militantes yihadistas en la ciudad de Marawi, en la isla de Mindanao, donde el ejército combate al grupo radical Maute

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