Deconstrucciones en verde
Territori impulsa un plan pionero de recuperación de espacios naturales de gran valor, degradados por el hombre, para restituir su estado original
Cuando se planifica inversión pública en espacios naturales se piensa en la mayoría de ocasiones en grandes obras, en infraestructuras millonarias. Pero en muchos casos, la degradación de enclaves de gran valor medio ambiental radica paradójicamente en la actuación humana, en la construcción de todo tipo de artefactos e infraestructuras, sean de uso público o privado, a lo largo de las últimas décadas. Por primera vez, el Departament de Territori i Sostenibilitat impulsa un plan para hacer lo contrario, deshacer y deconstruir para recuperar el estado original de espacios naturales y proteger su biodiversidad.
Es lo que se ha bautizado como la infraestructura verde. La primera actuación, ya en ejecución, ejemplifica a la perfección la filosofía del plan, con obras proyectadas en toda Catalunya, de gran diversidad. Se trata del puerto del Estany Gros, en l’Ametlla de Mar (Baix Ebre), uno de los pocos puertos naturales de todo el litoral catalán. Las obras han empezado con la retirada de viejas barcas abandonadas, sin uso, con la ayuda de buzos, y seguirán con la demolición de amarres, la retirada de construcciones de hormigón y otros excesos. También se está limpiando el fondo marino.
“Son infraestructuras que han quedado obsoletas, se trata en muchos casos de deshacer cosas mal hechas; en todo el territorio hay artefactos de obras que han quedado sin utilidad, que quedan en medio del entorno natural y de las que na- die se responsabiliza. Queríamos hacer aflorar estas situaciones, ponerlas en el mapa y a partir de aquí darles un presupuesto y actuar”, destaca Marta Subirà, secretaria de Medi Ambient i Sostenibilitat.
Deconstruir no es, obviamente, gratis, pero se han priorizado en esta primera fase actuaciones “asumibles económicamente”. La infraestructura verde del puerto del Estany Gros costará 300.000 euros y se ejecutará en tres meses; la recuperación ecológica de las minas de Can Palomeres, en Malgrat de Mar, 400.000. Otros proyectos, más costosos, como el de la creación de un paso de fauna por debajo de una línea de los Ferrocarriles de la Generalitat (FGC), con un presupuesto de 2,5 millones, aún deberán esperar.
Entre los objetivos de la intervención en l’Ametlla de Mar, está la recuperación de esta zona húmeda, para introducir también especies autóctonas (fartet y samaruc). “Estamos muy felices, se ha utilizado como puerto alegal ,yes un punto de inicio de un espacio natural protegido, una zona muy querida. Están sacando del agua muchos neumáticos y barcas colmatadas de tierra”, destaca la oceanógrafa Eli Bonfill, fundadora de Plàncton, empresa que promueve la divulgación de los valores de todo el litoral ebrense.
Hasta ahora la Generalitat ha proyectado 17 actuaciones distintas en espacios terrestres, fluviales y marítimos. Se ha intentado también buscar el equilibrio territorial, actuando de entrada en la sierra del Montsec, el Maresme, el Montseny, la Costa Brava y el Ebro. Entre los objetivos, la creación de ocupación “porque se refuerza un sector económico especializado de pequeñas y medianas empresas y contribuye al desarrollo local, en el contexto de la transición a la economía verde”, sostiene el informe de Territori.
Una de estas pequeñas empresas es Plàncton. “Se hacen muy pocas actuaciones como esta, es excepcional, pero deberían haber más. Hay que valorar la utilidad en el litoral de infraestructuras duras como los muelles o los diques, que muchas veces son perjudiciales”, alerta Bonfill.
La primera actuación: demoler amarres y edificaciones de uno de los pocos puertos naturales del litoral