El yerno de Trump pidió a los rusos un canal secreto para hablar con el Kremlin
El embajador Kislyak elevó la petición a Moscú, que rechazó la propuesta
En las conversaciones establecidas por Jared Kushner con autoridades rusas en tanto que miembro del equipo de transición del presidente electo, el yerno de Donald Trump llegó a solicitar al embajador Serguéi Kislyak un canal secreto para comunicarse directamente con el Kremlin.
Esta insólita iniciativa, destapada por el Washington Post, que atribuye la revelación a informes de los servicios de inteligencia, ha trascendido porque los espías estadounidenses interceptan sistemáticamente las comunicaciones de los diplomáticos rusos y en una de ellas, el embajador Kislyak elevaba a Moscú la petición de Kushner.
Según los informes, Kushner planteó su propuesta al embajador ruso en la reunión que mantuvieron en la Torre Trump de Nueva York a primeros de diciembre y Kushner pretendía establecer el canal secreto en las instalaciones diplomáticas de Rusia en Estados Unidos. En la reunión participó también el general Michael Flynn, amigo de Putin que tuvo que dimitir a los 24 días de haber tomado posesión como consejero de seguridad nacional precisamente por haber ocultado sus bien remuneradas relaciones con Moscú.
Según el Washington Post, el embajador ruso trasladó a sus superiores la sorpresa que le había causado la petición de Kushner y Moscú rechazó de plano la solicitud. No hacerlo habría supuesto exponer a un ciudadano estadounidense sus capacidades de comunicación más sofisticados y la ubicación en recintos secretos de alta seguridad.
Los informes de inteligencia a los que ha tenido acceso el Post señalan que, según la versión del embajador, Kushner expresó el interés de la nueva administración Trump por hablar con el Kremlin pero que las reuniones no debían hacerse públicas, sino en secreto para evitar la presión mediática.
The New York Times señalaba ayer que la pretensión del equipo de transición de Trump era llegar a un acuerdo con Moscú respecto a la guerra de Siria.
Con todo, que un hombre de confianza del presidente electo, ahora consejero principal de Trump, confiara más en los servicios de inteligencia rusos que en los de su propio país añade todas las intrigas imaginables al escándalo del Rusiagate, aunque algunos expertos lo atribuyen a la ingenuidad y falta de experiencia política de los colaboradores del presidente. De hecho, lo que más ha alimentado las sospechas en torno al Rusiagate ha sido el secretismo con el que han actuado todos los hombres de Trump en relación con sus conexiones con Moscú. Siempre las han ocultado y no las han reconocido hasta que los diarios de referencia las han publicado.
La reuniones de Kushner con el embajador y con el jefe de un banco ruso afectado por las sanciones de Estados Unidos fueron admitidas por la Casa Blanca en marzo, pero negando que tuvieran la trascendencia que ahora sí le conceden los investigadores del FBI. También
Los demócratas exigen que le sea retirado a Kushner el aval de seguridad que le dio acceso a la Casa Blanca
ocultaron de entrada sus contactos con Rusia Michael Flynn, Paul Manafort, el ahora fiscal general, Jeff Sessions y varios colaboradores más de la campaña de Trump.
De momento, la Casa Blanca ha rechazado hacer comentarios sobre las gestiones de Kushner. Por su parte, el Comité de Inteligencia del Senado ha requerido de la organización Trump todos los documentos, registros telefónicos y correos electrónicos relacionados con Rusia desde junio del 2015, cuando Trump se postuló para presidente. Y los demócratas exigen que le sea retirado a Kushner el aval de seguridad que le permitió acceder a la Casa Blanca.