“Los estadounidenses están más divididos que nunca”
James Bell, vicepresidente de Pew Research
El Pew Research es uno de los mayores centros de investigación sobre la opinión pública de Estados Unidos, y probablemente del mundo. Como fact tank se definen como una organización apartidista que provee las cifras, actitudes y tendencias sociales que moldean a la sociedad del país. Su vicepresidente, James Bell, estuvo esta semana en el Cidob invitado por el consulado de EE.UU. en Barcelona.
¿Cuáles son las principales tendencias sociales que han identificado en EE.UU.? Percibimos tres grandes tendencias. La primera es que la gente está perdiendo el control, es decir, que está preocupada porque ya no tiene poder en asuntos como el terrorismo, el cambio climático o la inmigración. También ven que la siguiente generación vivirá peor. La segunda es que hay menos confianza en el establishment y las instituciones. Y la tercera es que se están cerrando o dibujando fronteras en torno a su identidad política.
¿Las habían identificado antes de la elección de Donald Trump? El terrorismo ha sido una preocupación en EE.UU. y Europa durante años por razones desafortunadas... Y la pérdida de confianza en el gobierno viene de décadas atrás. Son tendencias que están establecidas sin tener en cuenta el ganador de las elecciones.
¿Es incorrecto llamar populismo a las opciones políticas que surgen con este malestar? No es una palabra que el Pew Research esté usando porque intentamos preguntar las cosas lo más concretas y reales posibles, sobre la confianza en el futuro, el estado del empleo, sobre el gobierno... no sobre grandes conceptos.
¿Y en lo que respecta a la relación con el mundo? Cuando tiene que ver con asuntos internacionales, especialmente los republicanos se cuestionan su relación con la economía global. No es necesariamente populismo, pero es una tendencia importante.
¿Estas preocupaciones han venido a quedarse? No puedo predecir el futuro, pero son cosas que hemos visto durante un periodo largo. Tienen el potencial de alargarse más que en este ciclo electoral.
¿Cuánto más? Cuando preguntamos sobre las divisiones, la única cosa en que los demócratas y los republicanos se ponen de acuerdo es que están más divididos que nunca. Y también están de acuerdo en que estas divisiones no se van a marchar.
Si la gente ya se sentía de esta manera desde hace tiempo, ¿por qué nadie fue capaz de ver la victoria de Donald Trump? Nuestro estudio muestra que a escala nacional las encuestas fueron bastante acertadas, de hecho. La mayoría preveía que Hillary Clinton ganaba el voto popular por un 3% y lo ganó por alrededor del 2%. Entiendo que mucha gente esté preocupada, pero las encuestas no son inservibles. También descubrimos que estados clave como Michigan, Wisconsin o Pensilvania contribuyeron a la percepción de la victoria de Clinton porque no tuvieron en cuenta los niveles de educación y no pudieron ver el gran apoyo para Trump entre las clases menos educadas entre los blancos.
¿Nos equivocamos al comparar el malestar en EE.UU. con fenómenos como el Brexit o el buen resultado del Frente Nacional en Francia? Vemos particularmente en países europeos que los votantes de derecha y extrema derecha están mucho más pendientes de la inmigración, el potencial impacto negativo de la diversidad, el incremento riesgo del terrorismo por los refugiados... y tienen preocupaciones semejantes a los de la derecha estadounidense. Pero deberíamos ser precavidos al hablar de que lo que pasa en EE.UU. es exportable. Sí vemos paralelismos interesantes.
¿Cuántas visiones de América existen? Muchas, dependiendo de si tiras a progresista o a conservador. Es muy importante ver como las actitudes cambiaron de un lado al otro después de las elecciones. Los demócratas son ahora los pesimistas que ven que las cosas no irán en la buena dirección. Uno de los temas interesantes que encontramos hace dos años es la percepción de que la mayoría de los americanos, cuando se trata de cosas importantes, creen que su punto de vista está en el lado perdedor. Las percepciones son muy poderosas.
¿EE.UU. es realmente un país tan polarizado? La mayoría está en el centro, entre el extremo de la derecha y el de la izquierda en el espectro político. Pero los extremos hablan mucho más fuerte. Sólo el 37% del electorado compone el 57% de los que están comprometidos con la política.
Trump también ha implementado un lenguaje –fake news– que utilizamos con naturalidad. Hicimos un sondeo sobre esto: mucha gente había tenido una experiencia directa de lo que consideraba noticias falsas. Los medios aparecen como una influencia negativa, como el Congreso.
¿Preocupa la investigación por una posible interferencia rusa en las elecciones? Más para los demócratas, pero es algo que está creciendo. No sólo se habla de esto en Europa.
“La preocupación por la interferencia rusa en las elecciones está creciendo, pero más para los demócratas”