La Vanguardia

¿Una victoria anunciada?

-

La historia se repite porque algunos no aprenden sus lecciones. Y la pugna entre Sánchez y Díaz tenía un precedente que anticipaba el desenlace: el triunfo de Borrell sobre Almunia en las primarias de 1998 para elegir candidato a la Moncloa, pese a que el segundo era ya secretario general del partido y contaba con el apoyo del aparato. De hecho, Almunia cosechó 50.000 firmas de la militancia, sobre un censo de 380.000 afiliados. El control territoria­l del aparato era tal que Borrell se limitó a reunir 65 firmas del comité federal, ya que el reglamento permitía concurrir a las primarias con ese tipo de aval. Almunia contaba, además, con el respaldo de Felipe González, Javier Solana y otros pesos pesados. Borrell, en cambio, exhibía el favor de los sondeos, que auguraban mejores resultados para el PSOE con su candidatur­a. La militancia no lo dudó: otorgó el triunfo a Borrell por un margen de 10 puntos y más de 21.000 votos. Sin embargo, la participac­ión no llegó entonces al 55% (algo más de 200.000 afiliados), frente a casi el 80% ahora (casi 150.000). Y aunque Almunia también ganó en Andalucía, lo hizo por muchísimo menos margen (12 puntos) que Díaz (31). Borrell venció en el resto de los territorio­s (salvo Euskadi y Castilla-La Mancha) y superó el listón del 60% de los votos en cinco comunidade­s. A su vez, Sánchez (también perdió en Euskadi) superó el 70% de los sufragios en tres autonomías y el 60% en otras tres. Caso aparte fue Catalunya, donde el exministro rozó el 83% de los votos y Sánchez tuvo el 82%. Es posible que aquí se acaben los paralelism­os con un Borrell que acabó dimitiendo un año después. Sánchez no es tan brillante como el exministro, pero ya ha demostrado que no tiene la mandíbula de cristal que achacaban a Borrell.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain