La Vanguardia

La oposición empieza en casa

Crece la admiración por Melania ante los supuestos desplantes públicos a Trump

- FRANCESC PEIRÓN

El color de la piel del presidente Barack Obama fue uno de los motores para calentar la oposición, el Tea Party. Su sucesor, pese a su cutis anaranjado, carece de ese problema epidérmico. Los supremacis­tas blancos le adoran desde que lideró la maquinació­n que puso en duda el origen americano de Obama, “el africano”.

En el caso de Donald Trump, sin embargo, son su gestualida­d, el lenguaje de su cuerpo y, en especial, el de su mujer, Melania, los que animan a las fuerzas críticas, al “estado profundo” como denominan sus asesores a todo aquel que no es complacien­te con las “gracias habituales” del actual inquilino de la Casa Blanca.

Los progresist­as también tienen sus teorías conspirati­vas. Algunos parecen convencido­s de que el rechazo a Trump arranca en su hogar. “Melania es cada vez más audaz en su empeño por telegrafia­r su desdén hacia Donald”, sugiere Erin Gloria Ryan en The Daily Beast. “Lo ha hecho de manera que todo el mundo lo pueda ver, no le preocupa si él se siente avergonzad­o”, añade.

Desde la jornada uno de su mandato, el 20 de enero del 2017, la primera dama ha captado la atención de los que detestan a su marido, que son muchos. Los estudiosos del trumpismo observaron una serie de detalles que empezaron a pergeñar un paisaje familiar no muy modélico.

El gesto de Trump de dejar atrás a su mujer al ser recibidos por los Obama –Barack, tan caballero, acudió al rescate de la invitada–, el beso en el que ella ni tocó la mejilla del marido tras el juramento o la mirada de desprecio –a partir de estos analistas poco trumpetero­s– que la esposa le dedicó alentaron el lema Free Melania.

Las redes sociales se llenaron con este hashtag sobre la liberación de la primera dama, que se convirtió en grito de guerra al día siguiente, en las masivas manifestac­iones de protesta convocadas por las mujeres a lo largo de toda la geografía de Estados Unidos.

El hecho de que Melania decidiera residir en Nueva York hasta que su hijo Barron, de 11 años, acabe el curso el próximo junio también marcó distancias y alentó la rumorologí­a de la discordia.

Ella ha estado poco presente en la vida política durante estos meses.Pero ha tenido momentos en que esa sospecha de insatisfac­ción matrimonia­l ha ido alimentand­o la leyenda. Uno de los puntos álgidos se alcanzó a principios de mayo, cuando un tuit del blogero político Andy Ostroy –“el único muro que construye Donald Trump es entre él y Flotus (designació­n de primera dama)”–

“Viven encerrados en una guerra de señales y símbolos”, dice de la pareja el biógrafo Michael D’Antonio

recibió un “me gusta” de la misma Melania. Aunque tal vez resultó ser fruto de un accidente ,el detalle se hizo viral.

El “Free Melania” ha recobrado toda su fuerza esta semana durante el primer viaje internacio­nal de Trump en el cargo. Además de comportars­e como un usurero frente a sus socios en pleno velatorio por el atentado de Manchester, el presidente ha experiment­ado una reiteració­n de gestos poco amigables de su pareja, detalles que han originado un incremento de la admiración hacia la primera dama.

Al llegar a Tel Aviv (Israel), Melania rechazó la mano de Donald, que decidió alisarse la corbata. De este apunte, Freud sacaría una teoría. Y, unas pocas horas después, repitió su negativa al descender del avión en el aeropuerto italiano de Roma.

Redoblaron los tambores de la gran conspiraci­ón. El doble gesto se ha transforma­do en uno de los elementos más difundidos y comentados. Pete Souza, el que fue fotógrafo del anterior presidente, lanzó un misil contra Trump al colgar una foto en la que los Obama se cogían afectuosam­ente de la mano en un acto en Selma (Alabama).

Michael D’Antonio, uno de los biógrafos de Trump menos complacien­tes, dijo en la CNN que este doble rechazo “muestra que el presidente y la primera dama están encerrados en una guerra de señales y símbolos”. Ni héroe ni santa, subrayó Ryan en su artículo. Ella aceptó casarse y muchas mujeres sufren por culpa de su marido. “Pero el gesto de Melania –remarcó– expone otra mentira de Trump: por estrella que seas, no lo puedes tener todo”.

Por si acaso, al descender del avión en Sicilia, última etapa del trayecto, los asesores se cuidaron de que los Trump bajaran del avión cogidos de la mano.

 ?? . ?? TENSIÓN. En los últimos meses se ha evidenciad­o la tensión entre el matrimonio Trump; en algunos momentos Melania ha aceptado ser cogida de la mano por su esposo, pero en otras lo ha rechazado claramente, como sucedió en dos ocasiones durante la actual...
. TENSIÓN. En los últimos meses se ha evidenciad­o la tensión entre el matrimonio Trump; en algunos momentos Melania ha aceptado ser cogida de la mano por su esposo, pero en otras lo ha rechazado claramente, como sucedió en dos ocasiones durante la actual...
 ??  ??
 ?? EVAN VUCCI / AP ??
EVAN VUCCI / AP
 ??  ??
 ??  ??
 ?? CARLOS BARRIA / REUTERS ??
CARLOS BARRIA / REUTERS
 ?? MANDEL NGAN / AFP ??
MANDEL NGAN / AFP

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain