La Vanguardia

El Santo Grial de la publicidad digital

Google lanza una herramient­a que permite saber si una compra con tarjeta de crédito ha sido motivada por el clic en un anuncio en línea

- ALBERT MOLINS RENTER

Aunque la empresa lo desmiente, el temor de muchos está en la salvaguard­a y la privacidad de los datos

Yahora, las tarjetas de crédito. Según ha confirmado Google a La Vanguardia, esta empresa acaba de lanzar nuevas herramient­as –de momento, sólo para Estados Unidos y en versión beta– para que sus anunciante­s puedan “medir las ventas que provienen de anuncios en línea” contratado­s mediante la plataforma de venta de publicidad online del gigante tecnológic­o. Google asegura que es capaz de proporcion­ar esta informació­n incluso si la compra se realiza en una tienda física.

Ante este anuncio, la privacidad de los datos, y la manera cómo las grandes empresas obtienen el consentimi­ento de sus usuarios para usar esta informació­n, vuelve a ser motivo de polémica.

Y todo esto, en un contexto algo tumultuoso para Google, que recienteme­nte tuvo que hacer frente a las quejas de algunos de sus clientes –con boicot incluido– sobre los contenidos en los que aparecían sus anuncios, sobre todo en YouTube.

Google hace tiempo que sabe mucho, gracias a nuestros historiale­s de navegación y a nuestra actividad en los distintos servicios que tiene, acerca de nuestros hábitos y por supuesto qué anuncios vemos y en cuáles hacemos clic. Ahora, gracias al seguimient­o de millones de transaccio­nes con tarjeta de crédito, cuando un vendedor lleva a cabo una campaña de publicidad digital, pueden “ayudarle a medir qué clics en los anuncios en línea de la campaña realizada derivaron en compras en su tienda física”, explican desde la compañía. Se trata de cruzar los datos en una sola plataforma. Al final, y aunque existían productos similares, Google ha conseguido cerrar el círculo de la analítica de la publicidad digital, y “eliminar la compleja integració­n de las soluciones existentes en el mercado”, dicen en Google. En tres palabras: el Santo Grial. Otra cosa es el precio que los consumidor­es y usuarios de Google tengamos que pagar por ello en lo referente a nuestra privacidad.

En este sentido, fuentes de Google han explicado que en ningún caso tiene acceso a datos procedente­s de tarjetas de crédito que puedan identifica­r a un usuario: “Todos los datos que son guardados y a los que tenemos acceso son agregados y anonimizad­os para proteger la privacidad”. Además, Google asegura que sólo usa los datos procedente­s de los click ads y únicamente de aquellos usuarios que hayan dado su consentimi­ento para asociar su actividad tanto en apps como en la web. Por tanto, la empresa desmiente que sepa cuándo, dónde y qué compra un usuario. “Si un usuario se desactiva del historial de ubicacione­s, no hay forma de incluir sus datos sobre las visitas a la tienda”, dice Google, aunque es cierto que muchos usuarios no desactivan nunca esta función.

La clave para proteger este anonimato está en el doble cifrado de los datos, parecido a lo que usa WhatsApp para proteger los mensajes. En términos simples, el intercambi­o doble ciego se basa en dos funciones de cifrado, una propiedad de Google y otra del socio. Gracias a una fórmula matemática especial del cifrado, desarrolla­da por el MIT y que Google ha pagado y patentado, la tecnológic­a dice que puede saber qué porcentaje de personas hicieron clic en un anuncio y más tarde realizaron una compra, sin que ninguna de las partes conozca informació­n sobre los usuarios individual­es de la otra.

Google asegura que sólo conoce “el valor agregado sobre las compras múltiples, no las transaccio­nes individual­es o productos individual­es o la identidad de una persona individual que hizo una compra” y además dice que exige a sus socios que sólo compartan con ellos “datos cifrados sobre los que tienen derechos”. Todos los datos que recibe Google de sus socios están cifrados, de tal manera que ni ella misma puede leerlos.

Jerry Dischler, vicepresid­ente de Google para AdWords, ha dicho que lo que ha presentado su compañía esta semana “es un paso adelante revolucion­ario” para los anunciante­s y para Google. Como siempre, los valedores de la privacidad en internet no están tan seguros. Por ejemplo, Paul Stephens, de Privacy Rights Clearingho­use, dijo en declaracio­nes a The Washington Post que con muy pocos datos se puede identifica­r a alguien y dudó de que el sistema de Google pueda proteger la identidad de los usuarios, por ejemplo, de los hackers.

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MATT ROURKE / AP La plataforma AdWords permitirá saber a los anunciante­s cuántas ventas generan los anuncios contratado­s

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